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«Qué linda es la vida, que te repite el examen hasta que lo apruebas. Por eso siempre quise ser alumno». Esta frase, que no pasó desapercibida, a mitad de concierto y tras cantar la archiconocida 'Caminando por la vida', supuso un «break», como Melendi definió, para descansar de tanto bailar, sentado tranquilamente sobre un taburete y dedicar el siguiente tema, 'Como el agua y el aceite' a Joaquina Fernández, quien mucho tuvo que ver en que el artista recondujera su vida en los momentos de zozobra y cuando se cumplen dos años de la muerte de su salvadora. Mientras cantaba ese tema, alguna lágrima descendió por su mejilla. Grande Melendi. Qué poderío y qué fuerza impulsa desde lo más alto del escenario, subido en un altavoz o moviéndose de lado a lado. Fue un concierto «divertido. Quiero que salgamos de aquí conociéndonos todos un poco más», dijo nada más comenzar su repertorio.
Antes, el asturiano había recordado el origen de alguno de sus temas, como cuando escuchó en la cafetería 'La Maniega' de Oviedo una canción de Ismael Serrano y como cuando se dio el primer beso con una chica, a los 16 años, hecho que dio paso a la letra de 'Mi primer beso'. Cercano, travieso, divertido, hasta golfo, así se mostró Melendi sobre el escenario de Simancas, vestido cómodo, con camiseta gris (amplia), pantalón estampado marrón y deportivas blancas. Precioso fue el momento en el que recordó porqué «me dedico a la música, por una mentira de mi madre, que me dijo que yo sería artista, cuando tenía al lado a mi hermana, una monstruo científica e ingeniera química. Y he aquí el milagro, yo sentado sobre un escenario con esta voz dulce y aterciopelada que Dios me dio», explicó entre carcajadas.
Melendi presentó anoche en Simancas un gran espectáculo escénico, con luz, sonido, potencia, energía, calidad y proyecciones, con escenografía acaparada por cuadrados luminosos. La noche no podía ser mejor en las instalaciones deportivas 'Los Pinos', donde se celebró el evento. Alta temperatura (28 grados), sensación de confort, amplitud, calidad del sonido -excepcional y destacable-, un buen escenario y un gran artista español. Todos los ingredientes estaban en la coctelera y nada podía salir mal.
Melendi presenta con esta gira mundial que acaba de comenzar en escenarios españoles su noveno trabajo, con un recorrido de conciertos que lleva por nombre 'Mi cubo de Rubik'. Más de dos horas y veinte minutos de espectáculo con 25 temas interpretados con maestría, con su elenco compuesto por siete músicos y una voz femenina que atempera y equilibra muchos de sus temas.
Perfecta organización para acceder al recinto, llegar con tiempo, aparcar los vehículos y localizar los accesos, puntual como un reloj británico, Melendi comenzó con fuerza y su primer tema 'Canción de amor caducada', con la que se presentó ante los más de 4.000 vallisoletanos asistentes al concierto según datos aportados por fuentes de la productora responsable de la organización del concierto. 'Tú de Elvis y yo de Marilyn' sirvió para dar paso a 'Mi primer beso' y a 'Besos a la lona', para cerrar su primera tanda con 'Septiembre' y 'Un violinista en tu tejado'.
Melendi repasó todos los temas de su último trabajo e interpretó varios de sus afamados temas, con sonidos latinos urbanos, pop-rock y hasta alguna rumba, vestigio de sus orígenes, donde el espectador descubre al auténtico Melendi, muy evolucionado musical y estéticamente desde sus orígenes -también más asentado en lo personal-. Su directo es sencillamente espectacular, con pocos 'peros' que objetar. Gran calidad del sonido. Para el capítulo de anécdotas, la polilla, que primero estuvo varias canciones posada sobre el pecho en la camiseta de Melendi a modo de ropa de marca, para terminar jugando una muy mala pasada al asturiano cuando decidió entrar en su boca en mitad de uno de los temas de la parte final del concierto y tuvo que ausentarse para beber agua y recuperar el tono. Cosas de las noches de verano en los pinares de Valladolid. Simpático estuvo también el detalle de bajar desde el escenario hasta el público para firmar una bandera de Asturias de una chica que reclamaba su atención desde el inicio del concierto.
Tras dos tandas de 'bises', Melendi se despidió con su elenco de músicos y vocalistas con dos de sus temas más comerciales, 'Tu jardín con enanitos' y 'Lágrimas desordenadas' para cerrar pletórico de fuerza y energía sus más de 140 minutos sobre el escenario de Simancas.
El Ayuntamiento de Simancas había apostado fuerte un año más con este concierto, enmarcado dentro de los Atardeceres del Archivo. La respuesta del público estuvo a la altura, rematando un gran concierto de inicio del verano pinariego en el entorno de Valladolid. En su tercera edición y tras Miguel Bosé y Dani Martín, Melendi ha servido de puente para que la cita continúe y tenga su cita obligada en el panorama musical, social y de divertimento en el primer viernes de julio del verano en años venideros.
El artista agradeció en sus redes sociales el cariño de sus fans durante el concierto de Simancas:
Gracias Simancas!!! https://t.co/X1aXD72t4Y
— Melendi Oficial (@MelendiOficial) 6 de julio de 2019
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