«La mayoría de directores y compositores son hombres pero hay más cantoras»

El resto proceden mayoritariamente de Madrid y de Valladolid. «Ensayamos en un lugar a medio camino, en Milagros, un pueblo cerca de Aranda». Y se estrenan con 'El canto de Pentesilea', un programa en torno a la devoción mariana. «Desde el festival nos pidieron que tuviera relación con lo femenino y nos hemos decantado por un programa de exaltación de la Virgen. Hay obras que ya teníamos ya en nuestro repertorio y bastantes que hemos tenido que montar».

Una de sus fuentes musicales de referencia es el 'Códice del Monasterio de Santa María de las Huelgas'. «Para nosotras es muy especial porque algunas lo hemos visto, porque yo soy la profesora de canto de las monjas de Las Huelgas y porque es un códice mágico por lo que tiene de femenino, además está muy poco cantado. Además se conserva dentro del monasterio en el que se escribió desde el siglo XIV», cuenta Valbuena. «Para mí la madre abadesa y las monjas son como de la familia». ¿Y cómo es enseñar a un coro litúrgico de clausura? «Difícil porque ellas ponen el énfasis en rezar más que en cantar. Rechazan todo lo que sea demasiado ostentosos, tienes que hacerlas salir de ese punto. Privilegian orar y yo quiero que tengan un poco más de arrojo. Su intención es buena, ponen mucho ánimo, pero hay que tener en cuenta la avanzada edad de la mayoría. De unas treinta que son van al coro siete».

Ocho voces

El programa elegido es ecléctico y tiene como hilo conductor «elegir a un compositor, el mejor para nosotros de su tiempo». Y esa calificación la merece el contemporáneo Javier Busto. «Es mi maestro de dirección coral. He cantado en un coro con él, en Ondarribia.Es uno de los mayores compositores españoles del XX y XXI y se canta en el mundo entero. Tiene una sonoridad especial, incluirle es un tributo».

Valbuena, soprano, cuenta con otras dos compañeras de tesitura –Laura Rivas y Diana Beroiz–, con tres mezzos –Margarita Ruiz, Manuela del Caño, Esther Sáiz– y con dos altos –Fátima Urbina, María Bañares–.

«Quería un coro femenino, en principio solo de seis. Finalmente somos ocho. Hasta el año pasado no hubo en Abvlensis un coro de un único sexo, el masculino de los Chanticleer. Nosotras probamos y salió bien».

Beatriz Valbuena considera que es una tendencia en auge, «cada vez hay más coros exclusivos e incluso los mixtos tienen obras para voces femeninas por un lado y masculinas por otro. Es curioso, aunque hay más compositores y directores, sin embargo, hay más coralistas que cantores. No sé a qué se debe. Ahora en España tenemos compositores que hacen mucha música para voces de coros iguales. Por ejemplo, Alejandro Yagüe tiene mucho para coro femenino».