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A menudo dos contradicciones pueden arrojar, entre sí, una extrema coherencia. Una velada como la de ayer, que alternó momentos lluviosos implacables con etapas de sol deslumbrantes. Un festival de música, electrónica y urbana, en la Antigua Hípica, en pleno pinar. Y aun así, aunque el agua condujo los tiempos y ritmos de la I edición en Valladolid del evento leonés Monoloco, la entrega de sus artistas y, sobre todo, de su incombustible público, permitieron que el festival saliera airoso de su primera incursión por la ciudad.
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El vigor demostrado por los temas musicales, y transmitido química y orgánicamente a su joven concurrencia, fue sin lugar a dudas la mejor baza de este contundente festival, que aunaba lo más característico de la fiesta electrónica y de los ritmos de pura fiesta que se corean y se bailan a día de hoy. Aún más, la fuerza y el músculo exhibidos fueron, a su manera, ostentación del momento vital y generacional de jóvenes que coreaba los temas (propios o sampleados en originalísimas mezclas) con un entusiasmo propio de un momento único en la vida.
Episodios rítmicos y agresivos de lluvia al comienzo de la jornada, en armonía con las bases intermitentes que caracterizan a los géneros musicales característicos del Monoloco, moldearon a su gusto a un festival que cargó desde el principio con un notable destiempo, pero que con resolutiva decisión se esforzó por no dejar a nadie fuera.
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Carolina Amo
Los llamados 'héroes locales' (artistas de Pucela) obtuvieron tan cálido recibimiento como las presencias nacionales. Arjuan, Mixeer o el único nombre femenino en cartel, Ani Queen, vieron recompensados sus esfuerzos bajo las inclementes condiciones de la tarde. Alex Martini inauguró el bloque nacional con más samples y una sonrisa perpetua, asumiendo el serio trabajo de mantener viva una fiesta que competía con seductores planes de sábado noche de interior o el encuentro deportivo entre el Atlético de Madrid y el Athletic.
Un bonito atardecer simbolizó la tregua que el tiempo había juzgado darle a la recta final del Monoloco, que entre juegos, comida y bebida, y mucha más marcha y música acometía, a cierre de esta edición, los temas del incombustible Maikel Delacalle. La noche sería propiedad de Recycled J, José de las Heras, el muy esperado JC Reyes y Robert Morr. De ellos, y del sabor de boca que dejen en el público, será la responsabilidad de una segunda edición de Monoloco en Valladolid para 2025. El tiempo, tanto el cronológico como el climatológico, lo dirá.
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