Arturo Sandoval. EL NORTE
Universijazz

Llega un mito a Valladolid, Arturo Sandoval

«Más allá del dominio absoluto de la trompeta, ha prestado una muy especial atención a la composición, a la formación y dirección de una banda»

Eduardo Roldán

Valladolid

Miércoles, 13 de julio 2022, 23:55

El escenario de Universijazz recibe esta noche de jueves a una de esas figuras rodeadas de un halo mítico –cada vez, ay, más escasas– que de tanto en tanto tenemos la suerte de que pongan pie en el festival. La trompeta de Arturo Sandoval no ... ha dejado de impartir magisterio desde que en el 74 se incorporase a Irakere, la con probabilidad más celebrada banda cubana en jazz, una banda que dota al con frecuencia abusado y viciado concepto de 'fusión' de todo su sentido.

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Gracias en buena medida al éxito de Irakere allende la isla pudo Sandoval exiliarse en Estados Unidos con ciertas garantías de supervivencia, no sin antes haber entrado en contacto con la persona que se convertiría en su faro musical (hasta el día de hoy): el histórico Dizzy Gillespie.

Las concomitancias entre ambos no son baladíes; más allá del dominio absoluto de la trompeta –en especial en lo que se refiere al registro agudo, donde se mueven con un brillo y una fluidez intimidantes–, Sandoval, como Gillespie, ha prestado una muy especial atención a la composición, a la formación y dirección de una banda –elección minuciosa de los músicos precisos para cada proyecto, concesión a cada uno de libertad sin que se pierda la cohesión orgánica– y a la importancia que tiene el estudio del piano para cualquier instrumentista.

Gillespie fue uno de los jazzistas no pianistas que más divulgaron esta necesidad (entre otros, a Miles Davis) y que con más devoción tocó, pero en este plano el alumno incluso ha aventajado al maestro. Sandoval no es solo que tenga al piano como herramienta compositiva e instrumento ocasional, es que hace del piano un medio de expresión autónomo.

No alcanza –es lógico– el virtuosismo que con la trompeta, pero sin duda escucharlo a las 88 teclas supone un deleite, especialmente en piezas a tempo lento. Lo arropa un conjunto de plenas garantías: el robusto saxofonista de cálido sonido Michael Tucker; el muy fino guitarrista William Brahm; Maxwell Haymer, pianista interesantísimo (en línea está disponible su grabación, a trío, de 'Whirlwind: Live at Sam First', trabajo más que recomendable); el sólido John Belzaguy al bajo, y poniendo los acentos donde hay que ponerlos y sin perder nunca el swing, Tiki Pastillas (percusión) y Johnny Friday (batería).

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Entre todos arman un mundo sonoro basado en el bop, en el jazz afrocubano, en distintos ritmos latinos, en la balada, pero también en otros géneros más urbanos como el funk o aun el acid-jazz. Propuesta pues de lo más variado y de muy alta calidad para franquear el ecuador de esta vigésima edición de Universijazz.

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