Lina Tur Bonet: «Si me dejaran la máquina del tiempo me quedaría al inicio del XX»

Llevan dos años tocando juntas, «tenemos prioridades parecidas en la música y siendo una gran solista, Alba goza con la cámara como yo, con ganas de colaborar». Han rodado este programa por Buenos Aires, Dubai o Salamanca. «Hay bastante repertorio para piano y violín a comienzos del siglo XX. Es una época muy bonita antes de la I Guerra Mundial y luego en los años veinte. Si pudiera viajar en la máquina del tiempo elegiría ese momento por su efervescencia, hay muchas mujeres violinistas a las que dedican obras, como Ravel a sus amigas. En España se da un nacionalismo muy bonito que lleva a buscar en el folk, como las canciones de Falla. También hay cierto afrancesamiento, experimentación, alguna salida de la tonalidad. Es un momento precioso por la estética, la búsqueda y el movimiento social. El ser humano está especialmente receptivo, con ganas de disfrutar, aunque sabemos como acabó».

El ciclo de seis sonetos de Toldrá, la sonata póstuma de Granados, «aunque fue compuesta en su juventud», el 'Zigeuner-Capriccio' de Kreisler «que componía sobre obras españolas» y las canciones de Falla que en este caso el violín hace las veces de voz. Y otra de Ravel, hijo de madre española y amante de mecanos y autómatas considera «incompatibles» el violín y el piano por la manera de tratratar sus cuerdas (mientras el piano martillea la cuerda y su sonido se va extinguiendo, el violín puede mantenerlo e incluso variar el timbre y vibrar).

Lina Tur Bonet es artista residente este año del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). «Es una residencia que me permite mostrarme en todas las facetas. Hace una semana hice un recital alternando obras del XVII, con violín barroco, y música contemporánea y estrenos con violín moderno. En mayo, en la sala grande, con mi grupo MUSIca ALcheMIca tocaremos Bach y Vivaldi. Esta temporada colaboro mucho como concertino con la Orquesta Nacional y seguiré con Alba Ventura y este programa que llevaremos a León, Oviedo e Italia». Tanto ella como Alba son profesoras, pero la novedad de Tur Bonet, que hasta ahora impartía clases en la Escuela Reina Sofía de Madrid y la ESMUC de Barcelona, es que ha ganado la cátedra de violín y viola barroca de Weimar. «Por allí pasaron todos, Bach, Liszt, Wagner, la Bauhaus, Goethe. Me llena de orgullo», dice una española que enseñará música barroca a los paisanos de algunos de los compositores que la elevaron a su máximo exponente. «Me siento querida en España, pero no somos especialmente chovinistas», dice la intérprete que se multiplica en varias facetas musicales. «No me metería en tantos fregados si no me encantara la música. Me gusta la diversidad, hay mucho repertorio y tengo cerca un grupo internacional muy bueno, ¿cómo no hacer música con ellos?».

El próximo mes publica su segundo disco sobre la obra de Biber, en este caso sus 'Sonatas virtuosas' con MUSIca ALcheMIca, el ensemble que formó en 2004 en Viena.