![Juan Diego Flórez: «La ópera es sentir emociones llevadas al extremo como no se ve en una película»](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201905/09/media/JDF%20Kristin%20Hoebermann.jpg)
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No se resiste a la comedia, pero reconoce que la tragedia reina en la ópera y domina el programa que hoy cantará en la gala lírica del auditorio Miguel Delibes. Juan Diego Flórez dará voz a arias y dúos dedicados al desamor, en un ... programa titulado 'Amores que matan'. Junto a él, la joven soprano egipcia Fatma Said, arropados por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) y dirigidos por Guillermo García-Calvo.
Flórez vuelve a Valladolid, una ciudad de la que ya conoce tres escenarios y en la que se malogró un disco, 'Sentimiento latino', cuyo dvd se iba a grabar con la OSCyL hasta que una escayola del techo del teatro Lope de Vega se desplomó. Aun ríe al recordarlo. Corría el 2006. Ahora tiene dos décadas de carrera a sus espaldas, una agenda a tres años vista que contempla nuevo repertorio a la luz de la evolución de su voz y ha trascendido el bel canto para impulsar el proyecto Sinfonía por el Perú con el firme convencimiento de que «la inclusión social es posible a través de la música».
El público de hoy tendrá al Flórez ágil en el cambio de máscaras, el que es capaz de meterse en nueve óperas del XIX en un mismo recital. «Eso es lo difícil de un concierto, entrar y salir de personajes y momentos, porque son óperas muy largas y hay arias en muy distintas situaciones. Pero es un reto al que estoy acostumbrado y me gusta sacarme una máscara y ponerme otra.También en la vida usamos máscaras aunque intentemos evitarlas. A veces es por necesidad, otras por compasión, uno siempre es un actor, no solo en la ópera. Estoy de acuerdo con Marlon Brando que dijo que 'todos somos actores', aunque solo quien lo hace bien delante de la cámara puede vivir de ello», dice el tenor limeño.
«Me gusta enseñar»
La bis dramática está más «arropada» en la ópera. «Es más fácil porque estás dentro del drama, de la historia, vestido para ello, con el arropamiento de una obra teatral. En el concierto eres tú, más vulnerable, aunque es eso precisamente lo que te permite entablar una relación especial con el público, una comunicación distinta que va de menos de más, a través de un recital que suele estar planteado teniéndolo en cuenta», explica quien acaba de hacer su primer 'Manon' en París y lo llevará en breve a Viena. «La ópera es básicamente llorar, sufrir, reír, sentir emociones llevadas al extremo como ni en una película puedes ver. La condición humana es así, goza de esta manera». Y le dará réplica Fatma Said, «a quien conocí en una 'master class' y luego le di clases particulares. Recientemente cantó conmigo en La Scala un 'Orfeo' y lo hizo muy bien. Me gusta enseñar, creo que tengo vocación y algún talento para ello, me gusta transmitir lo que sé. Y disfruto viendo el desarrollo y superación de los jóvenes. Me nace entonces el impulso de ofrecerles posibilidades para mostrarse en concierto».
Con una agenda completa a tres años vista, su diseño debe tener en cuenta el desarrollo de su instrumento, de su voz, que normalmente se oscurece con la edad. «Voy pensando en las óperas que me gustaría abordar en el futuro y eso es difícil sin probarlas antes. A veces hay arias y dúos que ensayo en recitales. Es una manera de acercarme, de ver cómo responde mi voz y de empezar a estudiar esas partituras. Tiene un lado práctico, adelantar trabajo, son libretos muy largos de hasta cinco actos. En 2020 haré mi primera 'Boheme'».
Mientras el Flórez de estudio maratoniano sigue su entrenamiento habitual, el JuanDiego que quiso ser cantautor y estrella pop, el que aprendió las canciones populares peruanas en las serenatas de su casa, se da de vez en cuando una vueltecita por el repertorio popular. Esa última incursión ha quedado inmortalizada en el disco 'Bésame mucho'. «Crecí con mi madre, mi familia siempre cultivó la música tradicional peruana e iberoamericana. Venían los hermanos Vázquez y se hacía mucha música negra peruana. Allí me asomaba yo y empecé a aprenderlas, también con mi padre al que veía menos. Pero no es algo común entre la gente de mi edad conocer esas canciones. Tontamente se identifican con la clase baja». Hace tiempo que Juan Diego Flórez terminaba algún recital con su guitarra y uno de esos temas. El público lo empezó a demandar y ya es tradición. «La gente lo espera, así que lo hago. Creo que les choca positivamente el contraste entre las arias y esos tangos, rancheras o boleros».
Sinfonía por el Perú
Mantiene con su país natal un vínculo musical y emocional que ha cristalizado en Sinfonía por el Perú, un proyecto inspirado en el Sistema Abreu de Venezuela, una red de orquestas y coros juveniles. «Llegamos ya a 8.000 jóvenes, que tienen la posibilidad de mejorar sus vidas a través de la música, tocando en las orquestas o cantando en los coros del proyecto. Hemos creado la Orquesta Juvenil Nacional que este año tocará en el Festival de Lucerna y lo hará en Salzburgo, donde recibirá clases de la Filarmónica de Viena. Estamos en una etapa de viaje con un mensaje de inclusión social. En un futuro, darán conciertos conmigo». En su último concierto en el Teatro Real, presentó este proyecto al público con una canción que el cantaba en Madrid y los músicos le acompañaban desde Perú gracias a la tecnología. El público, cansado de aplaudir la grandeza vocal de Juan Diego Flórez, tuvo que renovar las fuerzas para premiar a aquellos jóvenes intérpretes tan lejanos y presentes a la vez.
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