Javier Vielba alias 'El Meister'. Pati Duque

Javier Vielba: «He querido plasmar a Castilla como un epicentro universal»

El compositor lanza su disco 'Fuego en Castilla', una mezcla de tradición folk y sonidos del XXI, de música y literatura ligada a la tierra

Sábado, 12 de septiembre 2020

Acaba de salir al mercado 'Fuego en Castilla'. Es el segundo trabajo de larga duración de 'El Meister'. También cantante de Corizonas y de Arizona Baby, Javier Vielba ha logrado una de las obras más creativas de los últimos tiempos en el panorama nacional. La ... genialidad del artista vallisoletano enlaza mitos y leyendas medievales con Cervantes, el after-punk de los 80, Valle-Inclán, el folk americano y hasta la música sacra de cornetas y tambores. Todo ello desde Castilla y con destino al cosmos. Para él es un viaje regresivo, para el espectador un reto convertible en objeto de estudio musical, literario y popular.

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–Bajo la piel de 'El Meister' siempre recurre a discos conceptuales. Esta vez se centra en Castilla. ¿Por qué?

–El concepto es Castilla y lo castellano. He reflexionado mucho sobre grupos como Triana, Módulos o Smash… que eran artistas que cogían la tradición de su tierra andaluza y la mezclaban con sonoridades contemporáneas que les rodeaban. Mezclaban a Manolo Caracol con Pink Floyd… en definitiva era gente viajera y aventurera. Reflexionando sobre ello siempre me preguntaba ¿Por qué en Andalucía sí y en Castilla no?… ¿Por qué está tan separado aquí aún el rock del folk y el rockero del 'jotero'? Y ahí me hallé intentando unificar todo ello de una manera coherente a mi modo personal, de una manera cariñosa, reivindicando las raíces pero con la mirada puesta en el cosmos y en las ramas de los árboles, las cuales vete a saber hasta dónde pueden llegar.

–Incluye fuentes de distintas disciplinas y algunas muy alejadas en el tiempo. ¿Le ha sido muy difícil vertebrar las referencias?

–Digamos que el disco tiene mucho de viajes regresivos a mi vida y a mi infancia. Y también es fruto de un autoconocimiento personal y de mi tierra, de sus mitos y de sus leyendas. En el instituto tuvimos la suerte de leer a Valle-Inclán y a Bécquer, mientras que en la televisión pública conocíamos a Vangelis o a Alan Parsons porque se colaban en las sintonías de los programas; además el after-punk lo viví de cerca por mi hermana mayor y por grupos de Valladolid de los ochenta. Y tengo la suerte de ser de pueblo. De pequeño no prestaba atención a la cultura tradicional y ahora me quito el sombrero ante mis abuelos, ante sus paloteos, sus jotas y cantos de ciego. Es algo que me debía a mí mismo y que lo he combinado con cariño.

–Por cierto que hace unos años debutó en una cita 'tradicional' y castellana como es Villalar. ¿Se sintió cómodo?

–Tenía el temor de encontrarme como un intruso dentro de la música tradicional pero me sentí muy bien. En otros tiempos Villalar era un terreno de artistas muy tradicionales o de grupos de heavy-punk que como mucho te sacaban una dulzaina. Después ha habido artistas que han mezclado música castellana con jazz y estilos de ese tipo, cosa que está fenomenal, pero ¿Por qué quedarnos ahí? Sigamos investigando y trabajando. Ahora mismo hay una generación de artistas muy inquietos con la música tradicional como Lorena Álvarez, Hermanos Cubero, Kiko Sumillera, Guille Jové… y hay que darles voz en este tipo de celebraciones.

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–Max-Estrella de 'Luces de Bohemia', 'El curioso impertinente' de Cervantes, Manuel Machado, el psicoanálisis de Lacan… ¿Cómo llegan a su música estas referencias extramusicales?

–De forma muy cotidiana. Vivo muy cerca de la Casa de Cervantes… A veces me digo 'soy vecino de Cervantes… no hemos coincidido en el tiempo pero sí en el espacio'. Es como muy de 'sobrada' y casi punk ¿verdad? (risas) Además he estudiado en el Zorrilla al lado de la Iglesia de San Pablo… bordeando La Antigua por la Universidad he visto desfilar el entierro de la Sardina así como la Semana Santa. De pequeño he visto también a Delibes paseando por el Campo Grande. Todo me ha llegado de una manera cotidiana y activa. Y me parecía interesante trasladar esa cosmovisión lírica y cultural castellana a un disco pop con las miradas abiertas al siglo XXI. Por eso algunas de las referencias líricas del disco conectan con ver Castilla como un epicentro universal.

–¿Se considera reivindicativo de Castilla y de Valladolid?

–Creo que somos demasiado autocríticos con nuestra tierra. A veces ni nos queremos ni nos dejamos querer. Pero gracias a gente como Pérez Gellida ahora hay gente que quiere conocer Valladolid o que se imagina un Valladolid muy especial. Yo, gracias 'La conjura de los necios' ,me imagino un Nueva Orleans muy especial también. Si mi trabajo contribuye a que queramos más nuestra tierra, perfecto.

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–Unificar jotas castellanas, cantares de ciego con folk americano, after-punk 80's, pop y con cornetas de Semana Santa no parece tarea rápida. ¿Cuánto le ha llevado empastar todo?

–Empastar todo esto me ha llevado toda una vida. Y por otra parte, el disco es el resultado de estos últimos siete años. Algunos de estos nuevos temas se quedaron fuera de 'El Bestiario', mi disco de debut. Para empastar tantas influencias tienes que dejar que sea de forma natural esperando que las piezas acaben encajando en su sitio.

–Perdone que le pregunte por proyectos con la que está cayendo en este momento en el sector musical.

–Ahora mismo es muy difícil hablar de directos. La música siempre se demoniza y a la vez creo que debemos ser serios con el Covid… tenemos que estar más unidos y exigir más a nuestros políticos. Cuando pase esto me gustaría presentarlo bien, creo que el disco tiene ingredientes de sobra para convertirlo incluso en un musical. Para mí 'Fuego en Castilla' es una cúspide creativa.

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