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Es importante matizar que cuando decimos batalla de gallos hablamos de raperos. Si decimos pelea hablamos de animales y de temas ilegales. Pero claro, para muchos una rima improvisada es lo mismo que incontrolados espolonazos y cacareos. No le ven la gracia a que unos chavales se dediquen a replicarse cosas en verso, sobre una base de música y al momento. Para acercar este mundillo a aquellos que lo desconocen o no lo terminan de entender, recopilamos las claves de unos eventos que cada vez ganan más adeptos y que aglutinan millones de visitas en YouTube. Una guía para los que entender el 'Easy Mode' es dificilísimo, que diría Bnet.
La 'Freestyle Master Series' es la liga profesional de rima improvisada que cada año enfrenta a doce raperos de un país en diferentes fechas y por diferentes ciudades de esa misma nación. En España, llega este 7 de mayo a Salamanca en su cuarta jornada. La competición también se celebra en otros países hispanohablantes como Argentina, México, Perú, Chile y Colombia. Además, existe un torneo internacional donde se dan cita los mejores de cada liga.
Las batallas de la FMS se componen de seis formatos donde rapean los dos contrincantes o 'gallos'. En total, el enfrentamiento suele desarrollarse durante una media hora, pero la duración puede variar. Los raperos echan a suertes quién empieza y, una vez decidido el destino, comienza a sonar el 'beat' (la base o música sobre la que se improvisa). El 'host' del evento, que en España suele ser Bekaesh, da las entradas a cada uno de los participantes.
«3, 2, 1... ¡tiempo!» Y comienza la batalla. En FMS, siempre arranca con el denominado 'Easy Mode', donde cada uno de los raperos tiene un minuto para improvisar con diferentes palabras aleatorias que aparecen en una pantalla y que cambian cada diez segundos. Más complicada es la siguiente ronda, el 'Hard Mode'. Tiene la misma estructura pero las palabras cambian cada cinco segundos.
Después arranca el 'Random Mode', que tiene cuatro variaciones a elegir. Imágenes, donde se debe rapear en función de la imagen que aparezca en pantalla; escenarios, donde se debe hacer lo propio con un lugar ficticio o real; personajes contrapuestos, donde cada rapero interpreta un papel que debe defender y atacar al del contrincante; el 'kick back', donde un participante pregunta y el otro debe responder rapeando; por último, tenemos los objetos, donde aparece un cofre en el escenario lleno de diferentes objetos y que deben ser los protagonistas de las rimas de los 'gallos'. Diferentes modalidades donde la capacidad de improvisación es la clave principal para un buen espectáculo.
Después de este lío de rondas y formatos, llega el minuto de sangre. El más comprensible de todos. La temática es libre y cada uno de los raperos tiene dos minutos para decir lo que quiera a su rival, siempre que rime. Primero ataca uno y después responde otro. De eso se trata. La batalla termina con el público como protagonista en la ronda 'deluxe'. Aquí, los raperos improvisan a capella y el silencio debe imperar en el evento. Cuando los dos participantes han dicho tres frases, comienza a sonar la base y empiezan otros 120 segundos de temática libre. Aquí, cada uno rapea una frase y el contrincante le replica. Así hasta que se oye un grito de «¡tiempo!» y termina la batalla.
Dentro de la jerga de la Generación Z existen muchas frases sin razón aparente. Les dices algo con doble sentido y te responden «barras, pensalas». Bueno, pues esta expresión tiene todo el sentido del mundo. En el rap, y en la música en general, una barra es cada línea de canción. En las batallas de gallos, lo podemos definir como cada vez que termina e inicia un compás en la base. Cada patrón de la canción. Esa es la teoría, pero la frase como tal se popularizó durante una batalla en Argentina. De ahí ese «pensalas». Nos trasladamos hasta este país, en un enfrentamiento de la FMS entre Papo y Trueno. En un momento de la batalla, el primero le dijo «barras, barras, pensalas» al segundo para hacerle ver el doble sentido de la rima que acababa de decir. Dicho así parece poco espectacular, pero se trata de uno de los momentos que han pasado a la historia de las batallas de gallos y que todavía se utiliza de forma recurrente en otros países.
En las batallas de rap no todo es victoria y derrota. También existen empates. Después de la cuenta regresiva previa al veredicto, se puede dar un resultado parejo entre los dos raperos. En estas situaciones se da una réplica. Con ello, comienza el desempate de la batalla, que consiste en una ronda extra de 120 segundos de formato libre. El jurado solo puede votar a uno de los 'gallos', sin posibilidad de otorgar otra réplica. Como son cinco jueces, el resultado siempre se decantará a favor de uno de los participantes. Sea cómo sea, en estas batallas siempre hay un vencedor. Para elegir su veredicto, el jurado debe tener en cuenta la calidad de cada rima, las métricas y el 'flow' o puesta en escena.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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