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Tiene 250 alumnos de 22 países. La pandemia clausuró los escenarios y Germán Ruiz mezcló sus conocimientos de marketing digital, su pasión por el instrumento celta, su grado de magisterio y el de flauta de pico en una escuela de gaiteros. «Hay mucha afición. En ... Sudamérica están descubriendo la gaita escocesa», explica el compositor de los diez temas de 'Presente'. Hoy acerca al público del ciclo Patios en Verano de Valladolid su primer disco acompañado por Pichu Drummer, Yonder Rodríguez, Pablo Cano y Chuchi Cuadrado. La docencia fue una solución coyuntural; el cedé, un sueño de maduración lenta, siete años. La cita es en el Colegio Empecinado, a las 21:00 h.
Germán toca la gaita gallega, «más dulce que la asturiana, de timbre más agudo». Es un instrumentos antiguo, «aparece ya en Mesopotamia, desde que existe la ganadería, hay bolsas con roncón. Es la flauta de los vagos, por eso me he quedado con ella», bromea quien no vio futuro en la música antigua. Dirigió hasta hace tres años la banda de gaiteros de la Casa Galicia y este instrumento le ha llevado por toda la geografía española hasta los Emiratos Árabes. Razón, «estar bien posicionado en Google». Hay otros gaiteros, pero no tan solicitados. Como músico de eventos ha acudido a muchas bodas con Pichu Drummer (Álvaro García).
«La mayoría son de descendientes de asturianos y gallegos que quieren música de su tierra», explica Álvaro. La nostalgia del emigrante se alivia con viajes de estos músicos de hasta 700 kilómetros, tocar diez minutos y volver en el día, ya sea en Lérida, Sevilla o Compostela. En 2019 Germán pasó las Navidades tocando en Dubai a petición de una empresa. «También fuimos a Guinea Ecuatorial a la boda de un ministro que tenía relación con Asturias», recuerda Ruiz que poco a poco ha ido concentrando el esfuerzo en su proyecto personal. Los diez temas de 'Presente' son un regalo para todo aquel que se acerque a su web. «Forman un viaje por la vida, desde el caos hasta ahora. Tienen una base de raíz tradicional –ritmos castellanos, irlandeses, gallegos– aunque el resultado no suene tradicional. Yonder suma ritmos asiáticos, afroamericanos, de hecho para empezar a componer le pedí que me tocará una tarde ritmos raros», dice Ruiz. El guitarrista Raúl Olivar y el acordeonista Jorge Arribas colaboran en dos temas del disco producido por Pablo Cano y masterizado por Sebastián Schon.
Tabla india, pandero cuadrado
El venezolano Yonder Rodríguez, que ya ha interiorizado la música tradicional castellana, habla de fusión «con conciencia». Entre su 'cacharrería' hay una tabla india, un tambor afroamericano o un bongó legüero así como un pandero cuadrado. Entre tanta mezcla con solera, la joven batería «pone orden», dice Germán, en tantas líneas de sonido que intercalan las guitarras eléctricas, acústicas, gaita y otros instrumentos.
Su intérprete, Pichu Drummer, afina: «Divido la carga de la percusión, soy la base rítmica». Este musicólogo también se ha iniciado en la enseñanza 'on-line' y el pasado año lanzó su primer curso con 25 alumnos y este otoño espera tener toda su plataforma, para tres cursos intensivos, preparada. 300 horas de formación a través de vídeos e intercambio semanal con los aprendices. Álvaro es también batería de bandas como Triquel o Castijazz. El método de Germán y de Álvaro no exige saber leer música, pero terminan «aprendiendo sin querer».
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