El gaitero Bras Rodrigo detecta un nuevo interés por la música celta

Rodrigo detecta un resurgir del interés por la música celta, un estilo que nunca ha dejado de tener su público pero que ahora vuelve a interesar a oyentes más variados. Hasta el punto de que vaticina que podemos estar viviendo «la tercera ola de popularidad de la música celta» en el último medio siglo.

La primera llegó en los años setenta de la mano de artistas como Alan Stivell y grupos como Gwendal. La segunda, en los noventa, con la emergencia de artistas como Enya o Loreena McKennitt; el triunfo de la canción 'Riberdance', de Bill Whelam, en Eurovisión; y la aparición de figuras españolas como Carlos Núñez o Hevia.

«Ahora estamos viviendo una tercera ola, todavía no tan intensa», asegura Bras Rodrigo, quien ve síntomas en el interés despertado por el grupo Tanxugueiras -con toda la polémica asociada a su no victoria en la selección para Eurovisión- o que este mismo año, en ese mismo festival, Francia vaya a estar representada por un grupo bretón. «Volvemos a estar en el punto de mira del interés del público», asegura.

«En contra de lo que tantos creen, lo celta no es exclusivo de Galicia o Asturias, sino que había pueblos celtas en todo el noroeste de la Península. También en lo que hoy es Valladolid, que estuvo poblado por vacceos y gigurros», asegura Rodrigo. Ahí podría estar el origen de la indudable afición vallisoletana por esta música, que tiene en un grupo tan célebre como Celtas Cortos uno de los ejemplos más expresivos de ese interés.

Pero aún hay más, porque los estudios del genetista Brian Sykes, publicados hace unos años, descubrieron que, en contra de lo que se pensaba, los celtas más antiguos no provienen del centro de Europa, sino del noroeste español. «Derribó todas las teorías previas y dio la razón, en cierto modo, a la leyenda que afirma que San Patricio llegó a Irlanda desde las soleadas tierras de España.

El nuevo himno del VRAC es la novedad más destacada del concierto 'Imperio celta' en Valladolid, pero no la única, pues el espectáculo se ha renovado sustancialmente con respecto a la visita anterior a la ciudad del gaitero asturiano.

«Tocaremos temas nuevos del disco que estoy grabando y que saldrá en noviembre de este año, pero, además, habrá nuevas programaciones de luces y nuevos videos», explica.

Respecto a la grabación del tema para el Entrepinares Rodrigo destacó: «Fue una experiencia muy bonita y ya me siento como un vallisoletano más», asegura Bras Rodrigo, que recibió todo tipo de atenciones del club por su colaboración. «Les encanta la música celta -de hecho les llaman 'los escoceses de Valladolid- y tenían necesidad de un himno, así que cuando nos conocimos podría decirse que se juntaron el hambre y las ganas de comer».

Durante el concierto se proyectará también el video elaborado con motivo del himno, que recoge imágenes de su grabación junto a otras con momentos de juego del equipo y celebraciones. Pero, además, al público se le repartirán unas octavillas con la letra. «Tenemos la ilusión de que todos puedan cantarlo con nosotros», explica Bras Rodrigo. Quienes seguro lo harán serán los jugadores del equipo de rugby, que asistirá al concierto mezclados con el público y harán coros desde sus butacas.