Sonorama Ribera 2023

Una fiesta multitudinaria abre el festival, que espera superar los 125.000 asistentes

«Venimos preparadas con todo lo necesario, ya estuvimos el año pasado, venimos con ganas, es nuestro festival preferido», afirmaba un grupo de chicas que quitaban hierro al tema de la ola de calor y las altas temperaturas. Se calcula que allí residirán durante estos días alrededor de 14.000 personas, casi siempre los asistentes más jóvenes de la cita musical. El resto, se distribuyen en pisos de alquiler, en hoteles y casas rurales, en un radio de cincuenta kilómetros.

Durante estos cinco días, Aranda de Duero casi duplicará su población habitual de casi 35.000 habitantes. «Esto supone una repercusión brutal para la ciudad», defiende el director del festival, Javier Ajenjo. Los visitantes dejan una inyección económica que, en la pasada edición, se cifró en más de quince millones de euros. Especialmente afecta a bares y restaurantes, a supermercados, a empresas locales, a comercios y a ciudadanos de a pie que han visto negocio en el alquiler de sus pisos durante el festival. «Se vive más allá del festival, cada vez vemos más como los asistentes vuelven a Aranda a lo largo del año para conocer la ciudad de otra manera», precisa Ajenjo. Además, la organización calcula que la repercusión mediática se sitúa en una cifra parecida, poniendo a Aranda en el mapa nacional en todo tipo de medios de comunicación.

«Estamos orgullosos de proyectar la riqueza de nuestra ciudad, su gastronomía, el vino de la Denominación de Origen Ribera del Duero, y también nuestras reivindicaciones históricas. Necesitamos un tren, lo llevamos pidiendo desde hace años y se seguirá solicitando en los escenarios principales y con pancartas. Es fundamental la reapertura del Directo Madrid-Aranda-Burgos. En el festival no podemos estar ajenos a lo que necesita nuestra ciudad», insiste el director del festival.

Las puertas del recinto de Sonorama se abrían sobre las siete de la tarde, todavía con las altas temperaturas que acompañan esta ola de calor que vive el país. El primer contacto con la música empezó tímidamente, pero fue tomando forma con el paso de las horas, con la presencia masiva de festivaleros. Lo que comenzó, hace pocos años, como una pequeña fiesta de presentación para los primeros acampados, se ha convertido en un preámbulo multitudinario que da paso a cuatro días intensos de conciertos. De su ubicación inicial en el camping, se ha trasladado al recinto del festival, donde el tradicional concurso de disfraces se adereza con los conciertos de artistas de primera línea.

Este miércoles fue el turno a Depedro, Veintiuno, De la Fé y las Flores Azules, y el sonido más pop y alternativo de Cupido o Jimena Amarillo. Miles de personas disfrutaron de los primeros acordes de la vigésimo sexta edición en los escenarios secundarios, los principales no se abrirán hasta hoy jueves. Los asistentes también detectaron una original novedad en el recinto, una pista de autos de choque que permitirá soltar adrenalina. La atracción, según vaya transcurriendo la noche, se convertirá en una pista de baile. La fiesta de presentación estuvo protagonizada especialmente por el público joven, las nuevas generaciones que hacen augurar una larga vida para el festival arandino. «El 60% de los asistentes tiene menos de 30 años, eso nos anima a seguir. Por eso vemos cosas como que Ayax y Prok, un grupo urbano que normalmente no hubiera podido coexistir, hoy es un cabeza de cartel normalizado. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos», recalca Ajeno.