El español Emir Kiourktchian se corona 'emperador' del Frechilla-Zuloaga

De los cinco 'steinway' que duermen en la bodega del auditorio MiguelDelibes, los virtuosos prefirieron el 'sokolov'. Xavier Pérez, afinador del lugar, lleva toda la semana trabajando con ellos, ha visto cómo se iban adecuando al instrumento. El primero que se sentó en la banqueta fue el músico más veterano y el que había elegido el concierto más retador. Victor Maslov homenajeó a su compatriota Rachmaninov. Apostó fuerte, un tour de force entre el teclado y una orquesta grande, con una de las partituras pianísticas más endiabladas. La carta de presentación del compositor ruso en Estados Unidos, donde emigró en 1909, lo fue de Maslov en la competición.

Este músico de 1997, que debutó en público a los nueve años y lleva tres lustros probándose en concursos internacionales, se puso al servicio de ese inmenso catálogo de melodías, contrastes, recursos virtuosísticos y diálogo permanente con la orquesta que propone Rachmaninov. No solo tiene que escucharse el piano, por encima, solo y por debajo de la masa sinfónica sino que el solista está en permanente diálogo con ella, destacando la característica secuencia de flauta-oboe- clarinete-tuba. El director tendió un puente claro entre Maslov y la OSCyL. Precisamente la Orquesta regional lo interpretó hace una semana con el brillante Juan Carlos Fenández-Nieto al teclado.

Sucedió a Maslov Alexandre Lutz y el 'Cuarto' de Beethoven. Con una OSCyL reducida al estándar clásico se inició el viaje al inicio del XIX. Lutz, menos solemne que sus compañeros, casi informal con sus calcetines de Marvel, transitó con gracia por la obra en una interpretación galante y delicada.

Sin embargo fue la personal lectura que Emir hizo del 'Emperador' la que triunfó. El benjamín de la noche se mostró casi tan apasionado como el compositor. Desde el primer movimiento dejó claro que la suya era una lectura muy personal, dejó rubatos suficientes para ratificarla. Fue en el adagio donde más palpable fue la sensación de que Kiourktchian era casi coautor de la partitura, de su versión. Intensidad y ardor provocaron el llamativo sonido que premió el jurado. Beethoven dedicó este concierto a Napoleón, de ahí el sobrenombre, aunque la tiranía se impuso a los ideales revolucionarios y el compositor, decepcionado, retiró la dedicatoria. Es uno de los más citados en el cine y a partir de ahora, uno de los favoritos de Emir que se lleva los 12.000 euros del premio. La siguiente edición del Frechilla-Zuloaga será dentro de dos años.