De las múltiples formaciones que engrosan la música de cámara, la sonata para violín y piano es una de las más apreciadas. En el concierto del pasado sábado el dúo Pochekin-Brober nos dejó un buen ejemplo con tres sonatas, muy bien construidas por autores ... de nacionalidades diferentes. El dúo abrió el concierto con la sonata nº 3 en Do menor de Edward Grieg.
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Mikhail Pochekin, violín, y Kenny Brober, piano Obras de Grieg, Nikolai Medtener y César Franck. Juventudes Musicales, ciclo Tempo Clásico. Sala Delibes del Teatro Calderón,
El noruego se sirvió de melodías populares como referencias de partida. La tercera es la más apreciada y la que él también consideraba la mejor. El dúo muy pronto mostró una conjunción, fruto del trabajo prolongado. Los tres movimientos fueron ejecutados con ajuste notable, dejando clara la unión de quien ha tocado la obra con frecuencia. El allegro inicial sirvió para que el violinista adaptara su sonido a la seca acústica de esta sala. La solvencia del pianista ayudó mucho, y ya en el tema 'cantabile', los dos pudieron entrar mejor en el alma de esta sonata, que contiene pasajes de indudable belleza.
Al tiempo final se llegó sin apenas respiro, con la sensación de una lectura correcta, pero sin la búsqueda de la musicalidad que llegó después, con la sonata nº 1 de Nicolau Medtner (1880-1951), un autor desconocido para nosotros que demostró, en la versión de este dúo, una facilidad innata en la escritura. Supuso la presentación de un desconocido por estas tierras.
La impresión de ir deprisa se apaciguó con la esperada 'sonata en la mayor' de César Franck. La necesidad de expresarse se notó ya con las seis primeras notas, cuyo esquema rondará durante toda la obra, divinamente trenzada. En ella hay momentos sublimes que piano y violín, mucho más pausados, vertieron con mucho alma. Fueron muy aplaudidos en una versión en la que el pianista fue dueño del magnífico despliegue virtuoso al que el violín dio réplica con fácil articulación y, por fin, buena afinación en los agudos. El propio Mikhail Pochekin, fue protagonista de la 'canción de Chaikovski por. 42,nº 3', hecha con emoción, para cerrar este excelente concierto.
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