Con sabor español

Entre las piezas que escuchamos hubo calidad, más allá de las melodías verdaderamente inspiradas, en las orquestaciones en las obras de Guridi, Sorozábal y Chapí.

El salmantino Tomás Bretón abrió la tarde con el preludio de 'La verbena de la Paloma'. Esta parte, tuvo los momentos más felices en 'La ronda de enamorados' de 'La del soto del parral', de Soutullo y Vert, autores que se han ganado un lugar destacado dentro del género.

Los Coros, en nutrida representación, no tuvieron problemas en partituras al unísono o a dos voces. Salvo algún despiste en alguna entrada, resolvieron con facilidad y conectaron con el público. El joven director José Luis López Antón, cuenta ya con experiencia, en orquestas españolas. Se movió con soltura y obtuvo un buen resultado en general. Es verdad, que faltó un poco de pausa; calibrar los 'tempi' y sacar más partido a las dinámicas.

La segunda parte comenzó con el espléndido preludio de 'El caserío' de Guridi. Destacaron también las 'Seguidillas' de 'La verbena de la Paloma' de Bretón y el «Intermedio de La leyenda del beso», una de las melodías más celebradas en toda España. Cerca del final, una las joyas del género: el preludio de «La Revoltosa», de Chapí. Su calidad ha traspasado nuestras fronteras. La 'Ensalada madrileña' de 'Don Manolito' de Pablo Sorozábal, cerró un concierto que aún tuvo los regalos del «Intermedio de la Boda de Luis Alonso» de Jiménez y la repetición de las 'Seguidillas' de Bretón. La orquesta respondió con solvencia, destacando las intervenciones de trompeta y concertino dentro del buen tono general, si bien es cierto que llegando al final, pareció perderse un poco la concentración. El maestro Jordi Casas, que recogió también los aplausos junto al director, ya ha demostrado su buen hacer con los Coros de la Comunidad.