![Rozando la perfección](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/06/13/acf5d21f-9f91-4a5c-856a-5933b6898700-kukB-U200547575471ZjH-1200x840@El%20Norte.jpg)
![Rozando la perfección](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/06/13/acf5d21f-9f91-4a5c-856a-5933b6898700-kukB-U200547575471ZjH-1200x840@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
El ciclo de cámara se cerró brillantemente con el Cuarteto Belcea, una formación de laureado recorrido internacional, que tiene en su haber grabaciones con las integrales de varios compositores y es habitual en estrenos contemporáneos escritos especialmente para ellos. No es de extrañar, porque la ... calidad de sus integrantes, es muy alta, según pudimos apreciar. El recorrido de su programa propició poner de manifiesto las virtudes necesarias para considerar esta formación como la mas apreciada de la música de cámara.
OSCyL Ciclo de cámara.
A saber: Con el cuarteto nº 10 op. 87 de Schubert, un compendio de pequeños motivos, inspirados y repartidos con ese sutil equilibrio que caracteriza toda su obra, el cuarteto dictó una lección magistral. Los instrumentos entrando unidos, sin sobresalir ninguno, con una afinación perfecta y un cuidado asombroso en los matices. Los ligados expresivos y los 'tempi' ajustadísimos, cuajaron en una versión excelsa, preludio de lo que vendría a continuación: el cuarteto nº 8 op. 110 de Shostakovich, una obra mencionada por tantos motivos, pero que aquí fue el ejemplo perfecto de como se hace la música más allá de significado. Es verdad que el cuarteto está marcado desde sus cuatro primeras notas, Re, Mi bemol, Do, Si, que se suponen coinciden con sus propias iniciales. Lo verdaderamente interesante es el ejercicio canónico seguido al violonchelo, por los demás elementos. Desde aquí hasta finalizar, la obra pasa por un allegro que sonó como un movimiento perpetuo desenfrenado, conducido con brío por el primer violín. El 'allegreto' posterior y el largo final, a modo de marcha fúnebre culminaron una versión antológica de una obra que lleva en sus entrañas energía suficiente para ser repartida en no pocas versiones para orquesta.
La segunda parte fue dedicada en su totalidad al imponente Cuarteto nº 7 en Fa mayor op. 59 nº 1 de Beethoven, cuya duración se acerca a los cuarenta minutos. Si los grandes cuartetos se caracterizan, entre otras cosas, por el esmerado reparto entre los componentes, en este, Beethoven hace una exhibición otorgando a cada instrumento un protagonismo sabiamente tramado con los demás. Esta es la gran virtud que el cuarteto Belcea bordó el lunes de modo sobresaliente. Los finales de cada frase se unían con los inicios de la siguiente, sin mácula y con unas gradaciones que ayudaban a confirmar la fuerza expresiva de una formación que suena como un solo instrumento. El público ovacionó entre bravos al grupo, que ya fuera de programa, interpretó el 'andantino' del Cuarteto de cuerdas de Debussy. Un final modélico de corte clásico, para culminar una tarde vertida con un pulso que rozó la perfección.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.