Una orquesta bien trabajada

El concierto para violín 'A la memoria de un ángel' de Alban Berg, está marcado por la muerte de la joven hija de Alma Mahler y Walter Gropius, a quien va dedicado. Alban Berg, muy afectado, sorteó el serialismo impuesto por su maestro Arnold Schomberg y encontró una línea de gran riqueza melódica, llena de referencias poéticas y sentimientos melancólicos, que Veronika Eberle expuso con exquisita sutileza sin olvidar las dificultades técnicas, del segundo movimiento. Fue una versión sobresaliente de una obra muy difícil que debe conjugar momentos oscuros procedentes de los graves con los agudos »armónicos» del violín.

La 'Variaciones Enigma' de Elgar, son muy apreciadas a pesar de llevar esa «dificultad» de tener que detenerse entre cada una de sus catorce variaciones. Bien planteadas desde la batuta de Duncan Ward, nos mostraron su preciada unidad a través de un pequeño motivo que tiene su máximo exponente en 'Nimrod', una variación que vierte el esplendor de un rico crisol de contrapuntos, empastes y armonías. La orquesta lució una cuerda sólida desde su imponente registro grave. Las maderas fueron un engranaje afinado y los metales brillaran como se esperaba. La acogida fue sobresaliente y el director nos regaló la versión orquestal de 'Salut d´amore' op12, pieza con la que Elgar, pidió en matrimonio a su prometida, en su versión original para violín y piano.