Lección magistral

Las 'Danzas de la Cofradía de David', de Schumann, no son fáciles. Hay secretos que solo salen a la luz en versiones sobresalientes como la del sábado. No faltó nada; articulación fluida, 'crescendos' bien matizados, 'ligados', etc., se sumaron para completar una versión de referencia.

Mejor, si cabe, fueron los 'Preludios op. 23' de Rachmáninov, en los que Goerner confirmó su categoría. En el segundo, uno del más virtuosísticos, los arpegios de la mano izquierda acogen el motivo mostrado con gran fuerza en la mano derecha, además de las octavas. Goerner rozó la perfección. A destacar también los 'staccato' del minueto con sus imitaciones contrapuntísticas y los acordes cabalgando 'alla marcia' con ritmo frenético. Los pasajes contenidos en el 'andante' dejaron ver, la fuerza expresiva de este pianista que más tarde desplegó un alto grado de matices , que van del susurro al rugido en el 'presto', justo antes del delicado final.

Como colofón, Goerner interpretó la 'Fantasía oriental, Islamey', de Balákirev, pieza de dificultad extrema. Goerner lució en los acordes, octavas, saltos interválicos etc, hasta completar una versión extraordinaria.

El público hizo salir varias veces al pianista quien finalmente, al igual que en su anterior actuación, interpretó el 'Nocturno nº 20' de Chopin. No se puede pedir más. Este ciclo ha puesto el listón muy alto con este concierto.