Fuentes de inspiración

Para el pianista, compositor y escritor Sir Stephen Hough no resultó difícil enfrentarse al concierto para piano de Grieg. Una obra que, además de las dificultades técnicas, tiene momentos muy inspirados. Hough atacó con seguridad el primer tema que el clarinete expuso con sonido muy cuidado. La 'cadenza' fue rotunda y dio paso al 'adagio', que la cuerda expresó con lirismo hondo, perfecto para mostrar el paisaje nórdico que Grieg plasmó magistralmente. En el rítmico final, extrajo con claridad la melodía, propiciando el lucimiento de la flauta para terminar mostrando su especial capacidad para expresar el alma de Grieg. Fuera de programa, dentro del mismo ambiente, interpretó una de las piezas líricas del mismo autor,' Nocturno op 54 nº 4'.

Para cerrar el concierto Gemma New eligió la conocida sinfonía nº 3 'Escocesa' de Mendelssohn. La directora desplegó su dominio con gesto amplio, conduciendo con seguridad y generosidad. Fue una dirección brillante para una obra que permite los contrastes. La orquesta respondió con sonido compacto y unido. En el tiempo inicial escuchamos muy bien las voces intermedias del desarrollo. En el tiempo final, los diálogos entre cuerda y maderas dieron vivacidad a una sinfonía que, más allá de una primera impresión fugaz, nos dejó una huella imborrable.