El ascenso imparable de un músico integral

Las virtudes del solista lucieron también en 'The lark ascending' de Vaughan Williams. La pieza, inspirada en un poema de Meredith, fue vertida por el solista, con el estilo luminoso, casi místico del poema. La ascensión de la alondra, sonó con suma delicadeza en el afinado registro agudo, casi inaudible.

Roberto comenzó el concierto en el podio con el poema sinfónico 'Las fuentes de Roma', de Respigui, una obra plagada de elementos expresivos que el autor supo fundir con el ambiente, a distintas horas del día. El paisaje impresionista y decorativo de las tres primeras fue recogido muy bien por el director en oposición con la melancolía expresada en el tranquilo final.

Con los mismos mimbres, RobertoGonzález-Monjas terminó el concierto con 'Los pinos de Roma'. El director asumió esa exuberante tímbrica, siguiendo las indicaciones concretas del compositor y terminó con el ritmo impuesto por el paso de las legiones atravesando la 'Vía Appia', en un final ascendente apoteósico. La orquesta desplegó todas sus virtudes. Los metales excelsos, las maderas con una pulcritud envidiable y la cuerda mostrando la unidad de orquesta madura. Una gran ovación entre bravos puso el punto final. El ascenso de este músico, parece imparable.