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Rosa García, en 1969, tenía diez años, una vecina llamada Juli y un tocadiscos maletín. «Todas las tardes me iba a la casa de Juli, encendíamos la radio y escuchábamos canciones». Una detrás de otra.Si les gustaba, la cantaban. Si no, siempre había algo interesante de lo que hablar. «Un día, lo recuerdo perfectamente, sonó un tema y mi amiga y yo nos miramos. A la vez. '¿Qué es esto?', dijimos». Y esto era 'Are you lonesome tonight?'.
«No sonaba como esas otras canciones que escuchábamos todos los días. Eso era otra cosa», recuerda Rosa, quien corrió hacia la tienda de discos del barrio (en Madrid)para comprarse el 'single' y escucharlo cuando quisiera en su tocadiscos portátil. «Todavía lo guardo. Ese y el 'It's now or never'», cuenta Rosa, una ferviente admiradora del rey del rock que este fin de semana ha participado en las actividades organizadas por el club Elvis en Valladolid.
El sábado hubo comida de hermandad, presentaron el libro 'Elvis en España' y por la tarde, concierto en el Patio Herreriano (con Old Memphis y Noa Elvis &The Wooden Hearts). El Museo de la Piedra, en Campaspero, acoge una exposición. Y este martes –fecha en la que se cumplen 45 años de su fallecimiento– habrá una audición de sus canciones, a las 20:30 horas, en el Café Berlín. Y seguro que suenan esos temas que conquistaron a Rosa de pequeña.
«Elvis fue el primer ídolo generacional», dice Joaquín Luque, presidente del Club Elvis en España, un colectivo con más de 1.500 socios y delegaciones en Cataluña, Valencia, Alicante, Madrid, Canarias y Valladolid. «Era único, tenía carisma, un algo que te atrapa y que no todos los artistas tienen. Muchos cantantes de su época han caído en el olvido. Pero él pervive», cuenta Joaquín, que apenas tenía seis años en 1977, cuando Elvis murió.
«Para rendirle homenaje en la tele echaron un par de pelis, sus canciones sonaron mucho esos días en la radio y yo me enganché. Había un mercadillo cerca de casa, que lo ponían los miércoles, y le pedí a mi padre que me comprar alguna casete». Elvis grabó más de 700 canciones y publicó setenta elepés entre 1956 y 1977. «Fue una producción extraordinaria y no de toda ella se sentía orgulloso. Hubo algunas que las tuvo que grabar por contrato. En la época en la que hacía cine, llegó a publicar tres discos al año, vinculados con cada una de las películas», cuenta Joaquín.
Cuando dejó el cine (hizo 28 filmes hasta 1968, como 'Love me tender', 'El rock de la cárcel', 'Fun in Acapulco', 'Viva Las Vegas'), se volcó en los conciertos y en la música en directo. «Me hubiera encantado asistir a uno», reconoce Joaquín. Lo más cerca que ha estado, explica, es en una de esas recreaciones virtuales en las que, con la banda de Elvis en directo, se proyectaban hologramas con la voz y la imagen del artista en una pantalla gigante.
Blanca Martín, portavoz del Club Elvis en Valladolid, también vio en directo a ese grupo de músicos que durante años acompañaron a Elvis en el escenario. «Fue muy emocionante». Su pasión por el cantante («y por la música y la estética de los años 50») se desencadenó cuando ella era joven. Y ya entonces comenzó a coleccionar todo lo que del artista caía en sus manos:discos, revistas, libros, películas, 'merchandising'.
«La mayor parte de los discos suyos que hay por mi casa tienen su historia. Muchos los hemos traído de Londres». Como esa grabación de uno de sus conciertos en el Madison Square Garden. O un single de 'Jailhouse Rock' (1957)que un amigo le regaló como presente de bodas. Entre sus temas favoritos, Blanca destaca 'Suspicious minds'. «Pero prefiero la versión que solía cantar en directo, con un ritmo distinto al de la grabación en estudio». Y además, si puede ser, en alguna de las interpretaciones de su época de madurez. «La voz de Elvis fue 'in crescendo' con el tiempo», dice Blanca, quien encontró en su marido, Ángel Hernando, a un perfecto compañero de viaje en su pasión por Elvis.
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Juntos impulsaron en Valladolid la delegación del club. «A ambos nos gusta mucho el rock de los 50 y, en 1993, asistimos a un festival en Cataluña. Allí, entre otros puestos, había uno del Club Elvis», rememora. Sin dudarlo, se hicieron socios y, con el tiempo, enraizaron el colectivo en Valladolid. Aquí organizan exposiciones (muchas de ellas en colaboración con la Universidad)y conciertos veraniegos, como los celebrados este fin de semana.
La muestra que hasta el 28 de agosto puede visitarse en el Museo de la Piedra de Campaspero (la entrada es gratuita) se completa todos los viernes (a las 21:00 horas) con proyecciones. El ciclo comenzó con 'El rock de la cárcel', 'King Creole' y 'G. I. Blues'. Este viernes 19 se podrá ver 'Girls, girls, girls' y la última película, el día 26, será 'Viva Las Vegas'.
Será un complemento audiovisual para una muestra compuesta por discos, libros, fotografías y objetos varios (desde etiquetas de vino a trajes) que permiten hacer «un recorrido por los hitos más interesantes del artista», explica Hernando. «Lo mejor de esta exposición –apunta Rosa García– es que quienes apenas conocen a Elvis lo podrán descubrir y quienes ya somos fans aprendemos nuevos detalles sobre su vida». Elvis falleció de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1977. Tenía tan solo 42 años. Pero ya una larga carrera musical cuyos ecos todavía resuenan en Valladolid.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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