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Dos años lleva estudiando el concierto de Benjamin Britten, bajo la supervisión de su abuelo,Stefan Zabek, su profesor en casa. Roxana Winsnieska Zabek lo toca esta semana con la Sinfónica de Castilla y León (OSCyL), la orquesta que escucha desde que estaba en ... el seno materno. Violeta, su madre, será la concertino en el debut sinfónico de su hija. Su padre, hoy en la Orquesta Nacional de España, también tuvo silla en esta al igual que Stefan. Precisamente a él le dedica el programa su nieta de manera póstuma.
Roxana viene de Berlín, donde vive su segundo año de 'academicista' (becario orquestal). «Primero estuve en la Staatskapelle, a las órdenes de Barenboim. Se dedica a la ópera, eso te enseña a ser muy flexible y seguro de ti mismo, dependes de los solistas que son los cantantes y de la coreografía. El pasado octubre comencé en la Akademia Karajan de la Filarmónica de Berlín y este mes debuté con la 'Sinfonía 9' de Bruckner. Un academicista trabaja el 50% y formas parte del tutti. Es una gran experiencia», dice Roxana que representa la cuarta generación de músicos tanto en su familia materna como en la paterna.
Cíclicamente aparecen estudios sobre el efecto Mozart, la influencia de la música clásica en la infancia. Esta joven violinista sería el exponente de esa vocación inducida. «Nacer en una familia de músicos te enseña que no es una vida fácil, pero cuando observo a mis compañeros, siento que me ha ayudado a llegar con otra madurez. En mi caso ha sido bueno, aunque tienes más presión».
Ha elegido para la ocasión un concierto que no da tregua al solista. «Es uno de mis favoritos por espectacular. Pero creo que resulta difícil de escuchar en una primera audición, necesita varias veces. Aunque romántico, no es muy tonal y se asoma a la música contemporánea. Lo preparé con mi abuelo, a él está dedicado. Primero lo interpreté en Badajoz con mi padre de concertino y ahora lo haré con mi madre, es una suerte tocar con la familia. Me siento respaldada aunque hay nervios porque, cuando te conoces tanto, la tensión del otro la notas».
Está contenta en Alemania, «aprendiendo mucho, es un sistema muy estricto. La idea del academicismo estaría bien en España. Es distinto a las orquestas jóvenes, tocas con profesionales», dice quien formó parte de la Joven Orquesta Gustav Mahler. «Estuve en 2017/18 y entonces éramos 36 españoles. Hay un gran talento nacional que debemos aprovechar».
Le gusta la orquesta, el papel de concertino, también el de solista, la cámara y la docencia. «Busco inspiración en todas las facetas y me gustaría variar. Hoy hay mucho nivel y no es fácil hacerse un hueco. No sé donde estará el mío, pero siempre echo de menos España y Valladolid es mi ciudad, aquí está mi familia y mis amigos».
Hace diez años tocó tres conciertos de Vidaldi en la sala de cámara con su madre y un ensemble de cuerda.Entonces los quince años de Roxana la inmunizaron contra los nervios. Hoy los comparte con Violeta, quien recibe las felicitaciones de sus compañeros por el sonido de su hija tras el ensayo.
Todos ellos estarán a las órdenes de Joana Carneiro, la directora portuguesa que ocupó el podio de la Sinfónica de Castilla y León en un programa de la temporada 2017/8.
Al concierto de Britten le seguirá la 'Sinfonía nº 5' de Shostakovich. La titular de la Sinfónica Portuguesa del Teatro Sao Carlos de Lisboa pondrá toda su energía al servicio de la partitura que 'reinsertó' al compositor ante los jerarcas soviéticos en 1937. Sinfonía optimista, invitación a gozar de la existencia, será la sexta vez que la aborde la OSCyL.
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