Dulce Pontes: «En mi ADN está el fado, pero también la necesidad de explorar y experimentar»

- ¿Por qué Ellis Regina, Amalia Rodrigues y Ennio Morricone?

-Son tres referentes en mi carrera y en mi vida. Su música es mi música, la que me hace vibrar, sentir, reír e incluso llorar… Y eso al margen de su calidad artística, inigualable e incuestionable…

- ¿Cuál es el origen de su admiración por Ellis Regina?

- Su música, como la de Amalia, forman parte de mis recuerdos, de la música que escuchaban mis mayores, mi padre, mi tío… Ella es toda energía, pura música. El fado, como su música, es algo que nace de dentro y que se alimenta de vivencias. Con Ellis tengo una conexión emocional muy fuerte. Es algo espiritual.

-El homenaje a Amalia Rodrigues es fácil de entender. ¿Sigue siendo la gran maestra del género? ¿Qué aprendió de ella?

-Amalia es Amalia, y punto final. No hay ni ha habido, ni dudo que conozca en el futuro a nadie que la pueda reemplazar. Se rompió el molde con ella. El fado es Amalia y Amalia es el fado. Más allá de su indudable calidad artística, ella era una gran señora, y una gran profesional de la escena. Cualquiera que aspire a dedicarse a la música debería estudiar su vida y su forma de interpretar, de moverse en un escenario y fuera de él. Fue una gran dama.

-Da la sensación de que en las últimas décadas el fado se ha decantado por el mestizaje y la fusión.

-No siento la necesidad de estar pendiente de lo que hacen los demás. En mi caso, el fado es parte de mi ADN, pero mi ADN es también el de esos portugueses que recorrieron el mundo, que abrieron rutas, que descubrieron lugares, que viajaron y exploraron… Yo siempre he sentido la necesidad de explorar y experimentar. No es algo forzado o que busque con fines comerciales. La música es una forma de expresar, de vivir y respirar y necesito alimentarme de todo lo que investigo.

En mi nuevo disco, pero también en mi actual espectáculo, no me centro solo en el fado, sino que reivindico y homenajeo al folclore popular portugués, un gran desconocido y un género que ya era mestizo en su origen porque siempre se alimentó de la música de otras latitudes.

-Ha tocado muchos palos: jazz, clásica, otras músicas populares... y también el flamenco.

-He trabajado, mano a mano, con Estrella Morente, un referente del flamenco, sin duda, y que para mí es mucho más que eso: es mi hermana, amiga y comadre. Hicimos juntas una gran gira y estamos planificando nuevas aventuras. El flamenco es un género que se entiende perfectamente con el fado, están muy conectados, son más que hermanos…

-Su colaboración con Ennio Morricone fue especialmente significativa en el terreno del crossover. El salto fue importante.

-Ennio era un genio de su tiempo a la altura de otros grandes de la historia de la música que han traspasado siglos. La música en sus manos es poesía. Hay conexiones que no tienen una definición sencilla, son temas que traspasan la piel, que te erizan, que te hacen vibrar las moléculas de tu cuerpo… Puede ser su melodía, su tempo, o su capacidad de generar emociones, de producir pellizco… No he conocido nadie en vida con su capacidad musical, su sensibilidad y su conocimiento.