![Jorge Drexler en un momento de su actuación.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201907/23/media/cortadas/drexler016-knBI-RRG1i3TxJFPxmXqUfrWCNcI-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Si de algo se puede preciar el Estival de la Universidad de Valladolid de este año es, aparte de la calidad de sus propuestas, en el éxito de público que, hasta la fecha, han concitado sus dos primeros conciertos. Jorge Drexler regresó a Valladolid tratando de marcar el arranque de esta destacada fecha musical de verano en la ciudad con un éxito rotundo de público; pese a todo, su empeño se vio tristemente frustrado por una claramente adversa meteorología que finalmente se impuso a la música del urugayo.
La expectación era máxima: ya hora y media antes de la hora del concierto, enmarcado dentro de la gira 'Silente', se concitaban más de veinte personas en la cola del Patio de la Hospedería de San Benito, y solo sesenta minutos después se había formado ya el tradicional semicírculo que indica a todos los viandantes, desde el Mercado del Val hasta la Plaza de la Rinconada, que el espectáculo de la noche ha conseguido vender todas sus entradas. Los conatos de agua caídos del cielo espantaban de cuando en cuando a los allí reunidos, que se temían que 'La aparecida' fuese, aparte del tradicional tema de Drexler, la temida lluvia que apenas 24 horas antes había caído como poderosas 'Estalactitas' sobre las calles de Valladolid. Durante el concierto se dieron lugar sucesivos amagos que, también en relámpagos, amenazaron al público, a los andamiajes y al concierto mismo, con un Drexler que, conforme avanzaba la velada, se esforzaba por aguantar entre risas y rimas bien impertérrito: «Esto no se cancela si nos lo proponemos entre todos», aseveró el cantautor en numerosas ocasiones.
Llegado a un cierto punto en el que se vio obligado a prescindir de la escenografía preparada, Drexler decidió improvisar del repertorio inicialmente concebido, con temas nuevos como la 'Milonga del moro judío'. Pero ya era tarde: la lluvia respondió con su melodía frustrando un muy prometedor concierto en el que, pese al 'coitus interruptus', el público derramó su entusiasmo en un agridulce sabor por lo que, como los mejores romances, pudo haber sido y finalmente no fue.
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