Guille Ohian, compositor y cantante

«'Domar la luz' es un álbum con una carga de imágenes muy potente»

–¿Por qué presenta 'Domar la luz' en un formato 'oscilante' de música e imágenes?

–Es un álbum con una carga de imágenes muy potente, y con un imaginario bastante personal. El planteamiento ha sido buscar el hedonismo, tanto de quien venga a vernos como el nuestro propio, en un formato poco convencional.  

–¿Cómo vertebran canciones tan orgánicas con visuales y con los arreglos electrónicos de Hazy Ben?

–La idea es conseguir una especie de gran sinestesia artística. En cuanto a la música, nunca hemos intentado ceñirnos a la versión de estudio. Al sumarse Ángel y David, la sensación de libertad es mayor. Con Héctor hemos trabajado en varios proyectos parecidos, y la sensación es que lee la música de una manera casi mimética. Sólo nos apena no poder girarnos todo el tiempo para ver en la pantalla sus visuales.

–¿Se puede decir que esta actuación es una 'performance'?

–Concebimos una performance sin pausas de principio a fin, como si fuera una sesión de cine, o más bien, una obra con varios actos. Al fin y al cabo, es lo que se pretende al buscar una pequeña sala de cin: los músicos podríamos también ser la banda sonora en directo de una película de Héctor de la Puente. Esa reversibilidad me parece muy atractiva.  

–Su compañero David 'Hazy Ben' extiende las matemáticas a su proyecto de electrónica. Usted, desde la medicina, ¿Ve factible aplicar la especialidad a su música?

–Admiro cómo David entrelaza esos dos universos en los que hay un lenguaje común de fondo. En mi caso, tradicionalmente siempre había intentado todo lo contrario: diferenciar mis dos mundos para permitirme una cierta oxigenación mental al cambiar de una actividad a otra para así mantener la ilusión. Pero últimamente ya he tenido alguna experiencia que me lleva por el lado contrario, por ejemplo, una charla sobre musicoterapia a mis compañeros del centro de salud. Huelga decir que yo no soy musicoterapeuta, ese grado requiere una formación cada vez más reglada. Una cosa es que personalmente podamos sanarnos escuchando música, y otra muy diferente es manejar las terapias que se valen de la música para tratar enfermedades concretas.