Director flexible, solista brillante

Dos obras, muy diferentes formaron el programa. La primera, un concierto para tuba y orquesta compuesto por el portugués Nuno Côrte-Real, para el solista de la OSCYL José Manuel Redondo y que supuso el estreno mundial. El compositor luso, huye de las pautas establecidas, ... y demuestra que su universo sonoro es amplio, variado y libre. La obra se enriquece de antecedentes clásicos como los 'ritornellos' y de los modos antiguos, pero sobre todo de Miles Davis, el musico de jazz al que emula dedicándole el tercer movimiento. La versión de José M. Redondo fue brillante. Muy creativo en las repeticiones y cuidando al máximo el sonido, dentro del entramado sutil propuesto por el autor. El final, con la síncopa como motor, fue puro jazz, con momentos excelentes en el diálogo con los percusionistas. El autor, presente en la sala recibió los cálidos aplausos junto al solista. El director Jaime Martín, siempre explícito en el gesto y meticuloso en la medida ayudó al buen hacer del estreno.