El Naán: «Somos creadores, no recopiladores»

–¿Es vital explorar las músicas del mundo para actualizar el folk ibérico?

–No, no creo que sea vital. Es nuestro camino porque nuestra historia personal y de grupo viene del descubrimiento de nuestra tierra y nuestro patrimonio desde la lejanía. Al alejarnos, al viajar, al descubrir la riqueza de las músicas de raíz que hay por el mundo cambió nuestra mirada hacia lo nuestro. Descubrimos que hay un hilo de Ariadna que une esas músicas de raíz en cualquier rincón del planeta. En el tuétano de nuestra tradición castellana, española e ibérica están las tradiciones que la han cruzado y conformado.

–¿Cuál es el concepto musical de 'La Danza de las Semillas'?

–El disco 'La Danza de las Semillas' está atravesada por la metáfora de la semilla como un mundo latente y silencioso con la asombrosa capacidad de explosionar y crear otros mundos. Contiene dos heridas, que son la inmigración y la memoria histórica, dos temas de los que queríamos hablar con cuidado y profundidad. También se habla de las soberanías campesinas y de las semillas autóctonas. Es en este tercer disco que se consolida nuestra sonoridad afroibérica.

–¿Cómo vertebran la carga teatral y musical en el mismo?

–En nuestro universo creativo hay lugar para la poesía, la rapsodia y el videoarte… cuidamos mucho la palabra, lo que se dice y cómo se dice… todo ello dentro de un espectáculo musical que busca el rito, la caricia y la catarsis. Nos planteamos los directos como algo holístico y fundimos la música con la poesía y la imagen, lo que haga falta para que el espectáculo funcione para lo que fue concebido… es un encuentro con la emoción, con el misterio y con lo inefable.

–Han llevado su directo por toda Europa. ¿Cómo acoge el público europeo su propuesta?

–La verdad es que de manera espectacular. Aunque sea un tópico es verdad que en nuestra tierra nos cuesta valorar lo propio y que engrandecemos gratuitamente lo de fuera. La riqueza de las percusiones castellanas, por ejemplo, esa alquimia de sacar música de objetos que no son instrumentos musicales, deja boquiabierto al publico fuera de España. Además de que representamos un código musical y estético castellano que está muy alejado del cliché que tienen de lo español en el extranjero y eso sorprende e interesa mucho.

–Forman parte de una generación que está renovando la música folk surgida en Castilla. ¿Es un trabajo agradecido o aún hay demasiadas voces puristas?

–La verdad es que sentimos un gran respeto por el legado de la música tradicional, y lo recibimos como un inmenso regalo, pero tampoco la adoramos como a una deidad. Somos creadores no recopiladores. Nuestro trabajo no es conservar, para eso ya hay gente que lo hace estupendamente y aunque lamentablemente están poco reconocidos, sin ellos los que venimos detrás no tendríamos de dónde beber. Seguramente ambos somos necesarios para que la cultura popular siga viva.

–¿Están trabajando ya en un cuarto trabajo discográfico?

–Estamos trabajando en un nuevo disco que posiblemente saldrá el otoño que viene. La rosa de los vientos es nuestra inspiración y nuestra guía en este cuarto proyecto, así que podemos adéntranos en territorios aún desconocidos para nosotros. Nunca se sabe.

La cita es este sábado, a partir de las 20:30h. en la sala Concha Velasco, LAVA.