Secciones
Servicios
Destacamos
El Cosquín aterrizó en la Antigua Hípica Militar de Valladolid este sábado, entre muchas críticas preventivas con respecto a precios, algunas promociones de las entradas a lo largo de las semanas previas o la selección de los grupos musicales en cartel (discutible para puristas y ... auténticos entusiastas del género 'rock', propiamente dicho). Sea como fuere, cerca de las 15 horas la organización acreditaba en torno a diez mil entradas vendidas, y en cualquier caso la fiesta, el baile y el disfrute melódico estuvieron garantizados para los acólitos e incondicionales de Steve Aoki, Arde Bogotá, Hombres G, Arizona Baby o Ani Queen, entre muchos otros.
Con una puntualidad notable para un macrofestival; la disposición en tres espacios facilitó cierta fluidez, sobre todo entre los dos principales (los escenarios Ciudad de Valladolid y Vibra Mahou), mientras que el más reducido, el Four Roses, hubo de conformarse con la entrega de público y cantantes, que no entendían de pinchazos ni fracasos y, al contrario, contagiaron la misma ilusión incluso cuando apenas se concitaban cincuenta personas. En las primeras horas, ciertamente tempranas para un festival que ambicionaba terminar cerca de las tres o las cuatro de la madrugada, aquellos artistas desafortunados como Cuatro Peso de Propina, el venezolano Andreew (de contagioso buen humor y gran efectividad musical en su concierto) o Veintiuno aprovecharon que la gente estaba fresca para exprimir al máximo sus fuerzas y cuerdas vocales, con considerable éxito, especialmente los dos segundos.
Tras su paso por Fuengirola y la edición versus Viña en Barcelona, el Cosquín llega a la ciudad arropado por el Ayuntamiento y por eventos paralelos como Vino+Valladolid, desarrollado en la Cúpula del Milenio en los días anteriores. Y es que el festival, uno de los más reputados en Argentina, funcionó más en su filosofía de hermanar espíritus patrios y de América Latina que en su género rock. Así se pudo demostrar en la espléndida socialización que demostró el público, mucho más pendiente de sus conversaciones en las mesas cercanas a los puestos de comida y bebida, y de dejarse mecer por el directo de la música de calidad, antes que de darlo todo a los conciertos en sí.
Una más que correcta Gara Durán trajo ritmo y calor a la Four Roses a media tarde, mientras que los argentinos Nafta, en su primera visita a España, recogieron el testigo de los toledanos Veintiuno, los cuales habían dedicado, tras un concierto especialmente logrado, uno de los guiños más generosos de la noche a sus sucesores en el festival. La asistencia, cada vez más concurrida a la vez que avanzaba la caída de la tarde y a la espera de la actuación de Hombres G y Arde Bogotá entre las ofertas más esperadas del cartel.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.