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El 7 de marzo de 2020 dirigió a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en el 'concierto del abonado', programa elegido por el público. Andrew Gourlay, entonces batuta titular de la OSCyL, estaba pensando en la 'Sexta' de Mahler, que sería ... su siguiente cita en ese podio y que repetirían en La Coruña. Pero el virus zanjó planes y agendas. Terminó su contrato y hoy y mañana vuelve como director invitado al Miguel Delibes para un estreno que comenzó a pergeñar en 2018.
«El primer encargo fue el de Anders Hillborg y dos años después se empezó a estar este con Thomas Larcher. Es una manera de que la OSCyL forma parte de un proyecto global a largo plazo que mantiene mi relación con la orquesta», explica el director británico. Se trata de un coencargo de la OSCyL, Concertgebouw de Ámsterdam, City of Birmingham Symphony Orchestra, Orquesta de la Radio Sueca, Filarmónica de Brno (Chequia) y Sinfónica de Vorarlberg (Austria).
Andrew define la música de Larcher con una palabra «imaginación» y la califica de «fresca y bonita», con momentos «de potencia contemporánea y otros más tranquilos, casi como una banda sonora». Destaca que en la música del austriaco «no se trata de un efecto, del solo de un instrumento, de un momento sino de la combinación, de que el conjunto suene como nunca se ha escuchado, como algo nuevo. Mahler era así, Thomas está en ese camino».
Del siglo XXI al XIX con los 'Lieder Wesendonk' de Wagner. «La orquestación original de estas canciones es de Mottel pero prefiero la que hizo Hans Werner Henze, está más cerca del piano, de esa textura. Es un 'wagner' camerístico que sirve de bisagra entre estas otras dos grandes obras. Además contaremos con la preciosa voz de la mezzo Katarina Karneus». Ydespués, vuelta al XX con 'El caballero de la rosa', la gran suite de Strauss.
Gourlay se acerca al mundo de la ópera. Ya hizo un arreglo de 'Parsifal' que estrenó la OSCyL y este año grabará con la London Philarmonic Orquestra en julio y saldrá a la venta en noviembre. «Es uno de los proyectos pospuestos que por fin verá la luz. La pandemia me pilló justo cuando acababa mi etapa aquí y se frenó todo».
Comenzó el año en su casa de Greenwich, en Londres. «Al día siguiente tenía que trabajar así que no celebré mucho la Nochevieja, pero como casi todo se había cancelado en el centro de Londres, de repente los fuegos artificiales se trasladaron a nuestra zona, se veía desde mi balcón». Aunque no tuvieron un confinamiento severo, Gourlay disfrutó de su barrio «habitualmente lleno de turistas y en esos meses, solo para los residentes».
«Ha sido un tiempo extraño, horrible para nuestra industria pero con algunos aspectos positivos para nosotros como reconectar con lo que es tener una vida estable, parar en casa. Aunque claro que hay compañeros que lo han pasado mal», reflexiona.
Dos conciertos semanales
Respecto a la vuelta a las temporadas musicales se muestra algo escéptico. «Aún falta confianza del público y nosotros trabajamos bajo la amenaza de la cancelación. La gente olvida lo que cuesta preparar un concierto. No son los tres días de ensayo de la orquesta en la sala, sino la práctica diaria de los músicos, la necesidad de estar en forma, las partituras. En mi caso, dos meses estudiando la obra antes de poder dirigirla. No es placentera la experiencia de vivir temeroso de que en cualquier momento se suspenda todo».
Tras más de un año programando un día más de cada concierto de abono para mantener la distancia de seguridad y garantizar a los abonados su sitio, la OSCyL vuelve este año a los dos conciertos por programa.
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