Del cabaret de entreguerras a La Movida, en el Calderón

«Hace años vi a Ute Lemper en el Teatro Real y me gustó tanto la mezcla de teatro-palabra-canción que quise hacer algo así». La huella de la cantante alemana y la querencia de Torres-Pardo por el repertorio popular han devenido en este espectáculo en el que trabaja con su hija.

«Muchas de las piezas que he tocado están en la frontera de lo clásico, lo popular, lo contemporáneo», cuenta esta intérprete que graba con Deutsche Grammophon. «Aquí hay música de Piazzolla, de Ginastera, de Gershwin. Es un viaje que comienza con 'Youkali', de Weill, que es un destino utópico, y vamos a Nueva York, a Buenos Aires, con el tango y con 'La vie on rose' a París. Es música cercana para todos y una manera de pasarlo bien, que buena falta nos hace. No va a ser todo sufrir».

La Premio Nacional de Música 2017 acaba de hacer un concierto de Shostakovich con la Orquesta de Granada y sigue con sus recitales clásicos pero no pierde ocasión de hacer «música que me conecta con la realidad, a veces los clásicos estamos muy lejos de ella». Por eso rechaza hasta el nombre de purista. «Lo que ahora es normal lo hice hace mucho tiempo. Un día escuché a Rocío Márquez, la cantaora, me gustó tanto su vocalidad, que le propuse hacer las canciones de Granados que, con una voz flamenca, adquirían otro color. Luego trabajé con otros flamencos como Arcángel, Israel Fernández o María Toledo». Yrecuerda un disco de milongas y habaneras con un grupo cubano. O las 'Canciones inglesas', de Albéniz, también presente en este programa, con Marina Pardo a comienzos de este milenio. Precisamente con esta soprano empezó a dar vueltas a la música de Weill y de entreguerras. «Pero las hacíamos en una versión popular. Aveces la misma canción parece otra solo con interpretarla una voz colocada o Shakira, sin desmerecer ninguna». Entre los 'Clásicos al cabaret' hay también un estreno de Sonia Megías con letra de Eva Guillamon. «Se llama 'Hoy no toca' y está inspirada en un personaje de 'Juego de tronos' que reconoce que hemos de morir todos pero que ese día no toca». Y finalmente una canción de Ricardo Llorca, escrita para la Movida, y adaptada al momento, 'Steak tartar', «es muy gamberra».

En este cabaret vintage, «lo único disonante es el tango de Stravinsky y es cortito. Stravinsky dio muchos bandazos, como decía un profesor mío la vida le hizo la faena de vivir tantos años. Es un compositor que cambió mucho. Se intentó adaptar a Estados Unidos, a lo que oía allí. En cualquier caso, un genio es un genio, guste o no».