Amarilis Dueñas graba repertorio barroco con la orquesta Kölner Academie

«Vine a Valladolid el día 9 de vacaciones y ya me pilló aquí el confinamiento. En Alemania empezó una semana más tarde», explica Amarilis Dueñas. Este curso termina el citado grado con Maria Kliegel y simultáneamente cursa el segundo año de chelo barroco y de viola da gamba. No viaja con sus tres instrumentos «pero la suerte es que aquí tengo los tres arcos, así que puedo estudiar. Ahora estoy haciendo transcripciones de obras de las que solo hay un facsímil para nuestro ensemble barroco». Esta formación es La Réjouissance. «Nació en junio de 2018, somos tres alumnos del conservatorio de Colonia y al principio nos juntamos para hacer cámara. Luego vimos que nos llevábamos bien, organizamos algún concierto, enviamos vídeos y nos presentamos a becas. Ganamos una que el premio era ofrecer seis conciertos y luego nos surgió una gira de 14 en Renania Westfalia. Será en noviembre y hay escenarios tan emblemáticos como la casa de Beethoven en Bonn». El trío base lo forman un clavecinista alemán, una flautista lituana y Amarilis. «A veces tocamos con más gente, colabora con nosotros otro violinista español. No solo hacemos tríos».

Fue el director Willens el que se fijó en Amarilis durante un concierto en mayo del año pasado con profesores de Colonia. «Me pidió si podía tocar con ellos en Holanda en octubre en un programa de todo Bach. Llevo mucho tiempo con el barroco pero no había hecho mucha orquesta. Tenía que estrenarme como jefa de la sección de continuo. Además había un aria de chelo solo, fue una gran responsabilidad». Y salió tan bien que con esa orquesta sigue. «Hay una gira por Sudamérica en septiembre y tengo proyectos con ellos hasta abril de 2021», dice ilusionada aunque todo a expensas del virus.

Amarilis sigue entusiasmada con el barroco «porque es un periodo musical muy largo, porque es una estética y una forma de pensar totalmente distinta a la nuestra, porque hay muchas cosas por descubrir. Por ejemplo, los compositores de este cd –Johann Friederich Agricola y Gottfried Homilius– son buenísimos y nadie los conoce. No elegí este camino, me fue llevando todo. No dejo el chelo moderno, pero ahora hago mucha música antigua». Hasta su lista aleatoria de Spotify lo sabe, «estoy escuchando unas disonancias de Monteverdi que te hacen morir de gusto y luego pasas a un aria de Händel que es lo contrario, armónicamente más relajado. Hay tanta variedad...» Toque lo que toque el enfoque es historicista. «Me gusta interpretar las obras como fueron concebidas, con los recursos de su momento. La Filarmónica de Berlín puede hacer un 'mozart' precioso, pero no sonará como él lo hizo porque no usan sus instrumentos».