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David Afkham, director titular de la Orquesta Nacional de España. Gisela Schenker

El adagio más largo, en el Delibes

David Afkham dirigirá a la Orquesta Nacional de España en la 'Octava sinfonía' de Bruckner, en Valladolid este viernes y sábado

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 5 de abril 2024, 00:14

David Afkham debutó en el auditorio Miguel Delibes en 2011 y volvió a dirigir a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en 2013. Entonces ya sabía que al año siguiente comenzaría su relación con la Orquesta Nacional de España, de la que llegó a ... ser director titular en 2016. El maestro de Friburgo, con raíces persas, subió muy joven al podio del Auditorio Nacional con una plantilla de veteranos músicos al frente. Ha pasado por distintas etapas y ahora, a dos años de que finalice su contrato, considera que «estamos en un gran momento. Las relaciones se construyen cada día, hay que decidir, comunicar, equilibrar. Ahora hay confianza mutua. Me veo como un líder de mi generación, no impongo como un dictador. Claro que hay que tomar decisiones pero escucho y hablo con los músicos. Soy más un 'primus inter pares'».

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Con la Orquesta Nacional de España vuelve al Delibes el viernes y el sábado. Dirigirá la 'Octava sinfonía' de Bruckner, en el segundo centenario de su nacimiento. «Es un compositor muy importante, al que me siento muy conectado por mis estudios. Lo dirijo bastante. Tiene un lenguaje único, muy demandante con todas las secciones de la orquesta por la calidad el sonido que pide, por las transiciones. Sigue la tradición de los grandes sinfonistas, Beethoven o Wagner, pero hace crecer las formas, las expande, siendo la 'Octava' la más grande del canon bruckneriano y su tercer movimiento, el adagio, el más largo de los que se han escrito».

Como director artístico es responsable de los programas de la ONE caracterizados por la gran variedad de compositores en cada cita con el público. «Creo que es necesaria en una Orquesta Nacional. tenemos que ser flexibles y conocer todos los lenguajes y todos los estilos, además de virtuosos en nuestras distintas formaciones, ya sea como gran orquesta o ensembles camerísticos. Es lo que nos pide el público. El 'feed-back' que recibo de los colegas fuera es de admiración. Pero la música no es solo notas, siempre tiene que estar conectada con la sociedad. A veces Beethoven tiene un sentido especial por el momento que atraviesa ese público, hay un mensaje que adecuar», dice este alemán que ha hecho una inmersión en la cultura española. «También hacemos repertorio nacional y estrenos contemporáneos». Si se le pide que se imagine en una década, asegura que aspira a seguir «haciendo, disfrutando y compartiendo música, con el público y los músicos, y teniendo tiempo para estar con mi familia. Dónde sea eso no importa mucho».

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