Reivindicativo primer Pucela Rock

El mensaje inicial parecía claro: que el rock sacase músculo en la ciudad de Valladolid. Para ello nada como un evento de la talla de Pucela Rock, que ayer culminó su primera edición en una noche frenética y llena de fuerza y entusiasmo que ilusionó, con creces, a todos los incondicionales del género en la Feria de Muestras, en un evento que reivindicaba que el rock reconquistase, en la ciudad, el papel que le correspondía.

Cerca de dos millares de personas se dejaban llevar, moviendo rítmicamente la cabeza o poniendo a prueba su resistencia física en melódicos ejercicios anaeróbicos, al son de la música de los conjuntos locales Debakle y Amamarla, que levantaron a todo un auditorio tanto por separado como en los temas que tocaron juntos. Los últimos, caracterizados como los (anti)héroes de El Equipo A, desplegaron su repertorio habitual de versiones irreverentes de artistas como Siniestro Total, Mecano o Raphael. Los primeros, por su parte, se echaron sobre las espaldas la difícil tarea de caldear el ambiente con temas como Cobardes, Barrio obrero o Camino para morir, entre otros.

A cierre de esta edición se daba paso a las agrupaciones nacionales, los madrileños Ars Amandi y los sevillanos Reincidentes. El vallisoletano DJ Manaya se encargó de cerrar un evento de marcado carácter social, cuya recaudación, tal y como declararon las empresas organizadoras e instituciones patrocinadoras, irá destinada a la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos (ADAVASYMT). En el recinto también se ondearon banderas de Izquierda Castellana, mientras en las paredes colgaban carteles de recuerdo a Doris Benegas y de repulsa contra la violencia machista.

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