Martirio: «Mucha gente ‘progre’ se alejó de la copla por considerarla franquista»

María Isabel Quiñones decidió bautizarse como Martirio el mismo día que unas gafas de sol y una peineta de estética new wave llegaron a su camerino para quedarse. Han pasado treinta años desde su debut con Estoy mala. De aquel tiempo a esta parte, Martirio ha desarrollado su carrera con un pie en la transgresión y otro en la investigación. Y la copla ha sido la gran beneficiada de todo ello. Mañana abre el telón de las Noches de San Benito con un repertorio que documenta sus tres décadas de arte.

Tres décadas ¿provocando tanto como investigando?

Ha habido bastante de las dos cosas. Ha sido un aprendizaje constante. Y ahora hago un programa de radio No te puedes ni imaginar la de horas que le dedico con esto de la radio a toda clase de géneros musicales. Yo creo que me he movido siempre entre el aprendizaje, la investigación y lo de provocar, venía con la época y también conmigo.

En el sur es donde con más intensidad se han revolucionado las raíces musicales de este país. ¿Es consciente de que se está haciendo historia cuando se da una vuelta de tuerca a la música?

Consciente, yo al menos no lo era. Pero sí me sentía como con una misión de obligación de abrir puertas y quitar sanbenitos Desde que comencé con Jarcha siempre me llamó la atención la libertad. De ahí se pasó a una imagen cómica, al underground, a mantener cierta tradición pero caminando libremente. Siempre digo que cuando apareció gente como Kiko Veneno, Pata Negra, Alameda o Lole y Manuel es como si fueran cayendo estrellitas del cielo.

Celebra sus 30 años con un recopilatorio bastante documentado. ¿Cuánto tiempo le ha llevado compilar tanto material y dar con una edición tan completa?

Hemos dedicado mucho tiempo a pedir permisos, rechazar canciones, encontrar material perdido. Date cuenta que yo he hecho cerca de 45 colaboraciones. Y eso, a la hora de recopilar, tiene su proceso. Pero en general estoy bastante contenta porque además la producción del disco la ha hecho mi hijo Raúl. ¿Quién mejor?

¿Cree que en los años ochenta había un ambiente más receptivo que en la actualidad para captar a artistas tan personales como usted?

En aquellos años había un caldo de cultivo de libertad muy importante. Cualquier propuesta se podía hacer. La gente se inventaba a sí misma y a su imagen. Había como una pataleta por la reafirmación. No había una conciencia de transgredir, pero sí se buscaba una libertad constante.

¿Tampoco fueron conscientes usted y Chano Domínguez de que estaban globalizando la copla cuando la unieron con el jazz?

Cuando hicimos Coplas de madrugá, desde luego que no. No tuvimos apoyo ninguno, lo hicimos todo en su casa pero sentíamos que estábamos haciendo algo importante. Mucha gente progre se alejó de la copla porque la consideraban franquista. Pero una vez que la escucharon con otro envoltorio musical, se dieron cuenta de que la copla tenía poesía, tenía teatro y estaba en el disco duro de todos nosotros.

¿Qué le parece el trabajo de los que vinieron después de usted como Rozalen o La Shica?

Hay mucha gente nueva muy preparada que están dando otro sentido a las raíces y a la copla. La verdad es que me llena de ilusión ver gente tan joven y tan buena. A veces nos exponen demasiado a gente joven que solo busca frivolidad o ser famoso pero yo tengo esperanzas cuando veo a chavales tan preparados y tan buenos. No hay que perderlos de vista.

¿Ha dado a lo largo de su vida más importancia a la libertad que a vender discos?

Yo siempre digo que no tengo grandes posesiones, pero lo que tengo es precisamente libertad. El peaje que se paga por ello es solamente económico. Mi vida siempre ha sido hacer lo que la intuición me ha mandado hacer. Nunca me han obligado a hacer nada que no hubiera querido. Y tampoco lo habría permitido.

¿Cómo resumirá mañana tantos años de camino y tantos géneros por los que ha pasado?

Haremos un repaso por toda mi carrera. Boleros, jazz, coplas. Vengo con una banda impresionante de amigos que me han acompañado muchas veces Y saborear todo esto en un claustro va a ser algo maravilloso.