Bob Dylan, 75 años en la carretera y quince sin 'live'

Bob Dylan ha cumplido 75 años. Una buena noticia, sin duda. Sucede que los cumple alguien que, más allá de su valor iconográfico en la música en la contracultura o en lo que sea que él represente, lleva tres lustros sin editar un disco elaborado en directo. Y eso no es normal. Quizá es que Dylan no se fía de sí mismo; quizá es que no se fía de sus versiones. O, simplemente, es que ya no le apetece por lo que sea. Sumergido en una gira inacabable, es muy posible que piense que con eso es suficiente, que a él lo que ahora le apetece es el estudio, las versiones, el guiño a los villancicos y, en general, todo aquello que o nadie espera o que nadie desea. Da igual. Dylan es así. Inclasificable.

La música en directo de Dylan nunca ha sido una referencia muy determinante. De hecho en su discografía oficial no son demasiados. Está 'Before de flood', grabado en directo con The Band en la que quizá sea su mejor época sobre un escenario; 'Hard Rain', la expresión de su experimento con la 'Rolling Thunder Band'; 'At Budokan', que recoge su gira por Japón; 'Real Live', escaparate de su vuelta a Europa en 1984... y pare de contar. Luego, es cierto, verían la luz los dos de 'The bootleg series' recopilando conciertos de 1966 y 1975. Y, si nos ponemos laxos, pues podemos incluir 'The Concert for Bangladesh' o 'The Last Waltz'.

Sea como fuere, el chico de Duluth que ya peina canas no quiere saber nada del directo enlatado. Su voz, es cierto, está ya para poco. Y su manía de retorcer las canciones cuando las interpreta en público ha llegado al paroxismo tal que cada vez son más difíciles de descubrir. Si las recitas más que las cantas, y si la música que debe refrendarla suena siempre como un blues de Nueva Orleans, tampoco es de extrañar que Dylan le haga fu a los discos en directos. La carretera siempre le ha gustado -¿a qué estrella de la música no le entra el mono de la gira tarde o temprano?-, pero parece que aquel accidente de 1966 y su cerval miedo a la muerte siguen sobrevolando su vida.

Eso sí, para celebrar el cuarto de siglo nos ha regalado nuevo disco. No tiene en su interior ninguna composición como 'Visions of Johanna', pero si te gusta el nuevo Dylan, no te decepcionará