El Galdós Ensemble contrapone a Soler con Bach, «porque no desmerece»

Llevan paseando la música de Antonio Soler durante el último medio año, porque es buena, porque hay que hacerla justicia, porque «la producción española no solo es Falla, Albéniz y Granados, ellos fueron lo que fueron porque había una tradición previa». Así lo expresa el pianista Iván Martín, que lidera el Galdós Ensemble, formación nacida en 2011 en el teatro que lleva el nombre del escritor y crítico musical, en Gran Canaria.

«Debemos mucho a Soler, entre otras cosas disculpas porque no se han guardado sus partituras en las mejores condiciones. En algunos de los seis quintetos hay agujeros que impiden ver varios compases», explica Iván. El alumno de Scarlatti es un exponente del barroco español, «aquí llegaban todos los movimientos estéticos un poco más tarde», que se adelanta «al clasicismo de un Mozart o Haydn». Para mantener el equilibrio barroco añaden una tiorba en algunas piezas y, en otras la guitarra barroca, que «hacen el efecto del bajo continuo. En algunas partituras hay instrucciones precarias de registración de órgano. Soler trabajaba con el órgano como maestro de capilla en El Escorial».

Contraponer el barroco del norte, «el del titán Bach», con el del sur, «el del innovador Soler y su formación de quinteto» le pareció atractivo al Galdós Ensemble. «Queríamos quitar la espinita de Soler, es un material muy bueno que no desmerece la música de Bach».

Iván Martín es un entusiasta de la música enterrada que espera ser interpretada. «Es que hay buenas obras en el XVIII. Estos quintetos son unas obras de juventud de Soler, cuando terminó de estudiar en Montserrat, antes de ir al Escorial. Otro coetáneo suyo, José Blasco de Nebra, tiene unas sonatas para teclado que son muy avanzadas. Bien podrían atribuirse a un Salieri o un Mozart». Martín grabó las Sonatas del padre Soler en 2010. Desde entonces indaga en la música de quien luego se secularizó y pasó a ser profesor de música de las infantas. «Estos quintetos aún no están para grabar. Me lo pienso mucho lo de ponerme delante de un micrófono. El mercado está saturado y solo grabo cuando puedo aportar algo nuevo».