Victoria M. Niño
Jueves, 22 de octubre 2015, 16:55
Lo decidieron tras acabar el último concierto con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, el pasado febrero. Jesús López Cobos y Javier Perianes se retaron a hacer los cinco conciertos para piano de Beethoven de una sentada. Dicho y hecho, desde el lunes ensayan con la OSCyL el citado ciclo. Los abonados tendrán que elegir entre el primer turno, hoy, cuando se interpretarán los conciertos nº2, 3 y 4, o el segundo, mañana, el nº1 y el 5. El último es el más conocido y programado, El emperador.
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Si se les piden razones a maestro y solista para calibrar la decisión de asistir al Miguel Delibes un día u otro, los dos sonríen. El Quinto no es el favorito de ninguno de los dos, se decantan por el Cuarto. «El Quinto no es ni de lejos el mejor musicalmente hablando, pero le cayó el nombre, El emperador. No me gusta el planteamiento tan marcial de una música que es pura delicadeza y melodía. Si el Cuarto se hubiera llamado El soñador, seguramente sería el más conocido», dice Javier Perianes (Huelva, 1978).
Jesús López Cobos (Toro, 1940) coincide con el pianista en la preferencia pero reconoce diplomáticamente que «son cinco hijos de Beethoven». Esas obras, como las 32 sonatas, se intercalan en la producción sinfónica del compositor de Bonn. Y retoma la idea del nombre de las cosas, «es curioso porque las sinfonías de Haydn que más se tocan son las que tienen un título».
Corredores de fondo
«Pasa lo mismo con las sonatas, la Passionata no es la mejor pero tiene ese nombre apunta Perianes. Los dos primeros conciertos de este ciclo están trufados de guiños a sus maestros, huelen a Haydn y Mozart». Y retoma el diálogo López Cobos: «No hay que olvidar que Beethoven, como Mozart o Rachmaninov, era un virtuoso del piano, así que escribe magníficamente bien para ese instrumento. Yesa dedicación se integra en el resto de obra. Igual que en algunos conciertos de Mozart hay citas de Don Giovanni o Las bodas de Fígaro, en estos conciertos se escucha la Heroica».
Perianes recuerda el primer concierto con orquesta que hizo, fue el Noveno de Mozart, con López Cobos y la Sinfónica de Galicia. «Es buenísimo y no se toca mucho». Desde entonces disfruta de cada encuentro con el director toresano. En los ensayos se adelanta a su petición de repetir o volver al compás que decida. El maestro, por su parte, es director emérito de la OSCyL, todos se conocen. López Cobos trabaja en los ensayos al detalle, vuelve y vuelve a matizar sin llegar a la exasperación. «¿Pueden por favor volver a tocar ese pasaje para mí?», pide a los músicos.
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De formación alemana, estuvo una década al frente de la Ópera de Berlín. El año pasado hizo las nueve sinfonías de Beethoven en un día con la Orquesta Nacional de España en el Auditorio Nacional. Aquel maratón fue grabado por Televisión Española que también estará en el Auditorio Miguel Delibes hoy y mañana para grabar la carrera de fondo castellana.
López Cobos celebra reencontrarse con Perianes y la orquesta, con todo aquel músico con el que comparte la misma onda. «Normalmente no hay tiempo para ensayar a fondo y debatir el criterio musical entre director y solista. Cada uno llega con su lectura de esa música y las une. En casos como este es una gozada poder trabajar desde el lunes sobre estos cinco conciertos». Para Perianes, que en breve tocará de nuevo El emperador en París, esta experiencia es como «hacer música de cámara a lo grande».
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Dos generaciones
Cada noviembre, Harmonia Mundi lanza un disco del pianista, hincha del Real Madrid. El último fue Grieg, pero antes fueron Mendelssohn, Debussy, Chopin, Beethoven, ¿grabará los conciertos? «No soy sabio, pero sí prudente. No creo que sea el momento de hacer otra grabación de este ciclo del que hay buenas versiones. De momento el próximo mes sale un disco con el Cuarteto Quiroga, también unido a esta casa, y luego otro con Estrella Morente sobre Lorca y Falla».
Son dos exponentes de la excelencia musical española pertenecientes a dos generaciones bien distintas. La edad media del público está más cerca de la del maestro. Perianes invita a «estudiantes de música y vallisoletanos a disfrutar de este patrimonio que tienen, una de las mejores orquestas del país». Por su parte López Cobos, lamenta la disociación eterna entre escenario y conservatorio aún en lugares donde conviven tan próximos como en el Miguel Delibes. «Recuerdo que cuando dirigía la ONE, me empeñé en animar a los estudiantes a que vinieran, ya que la práctica musical se aprende en los ensayos. Pues bien, sé de un profesor de dirección que no le parecía bien que vinieran al ensayo».
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López Cobos celebra venir a «una orquesta que ya no está huérfana, lo ha estado demasiado tiempo». Sobre el nuevo titular, Andrew Gourlay, le «alegra que sea alguien a quien los músicos quieren, así tiene el 50% ganado. Es joven, tiene experiencia internacional y será bueno para la OSCyL». La próxima semana dirige a la Orquesta de RTVE y en noviembre se pone al frente de una nueva producción de Lucia di Lammermoor, en Lieja.
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