Secciones
Servicios
Destacamos
Victoria M. Niño
Viernes, 16 de octubre 2015, 17:57
Será un cantaor el que culmine los experimentos musicales de este mes en el Miguel Delibes. Si hace una semana se visitaban los clásicos desde el jazz y hoy desde la música electrónica, mañana sonarán palos flamencos en la voz de Rafael de Utrera junto a los instrumentos de cuerda del Cuarteto Isadora. Los cinco estarán apoyados por el guitarrista Carlos Haro y todos trabajarán sobre arreglos musicales de Amparo Edo.
Rafael de Utrera (Utrera, 1973) llega a Valladolid de Montpellier, donde ha cantado con Vicente Amigo. Canta desde niño, comenzó en la taberna de su padre y llegó a hacer una gira mundial con paco de Lucía. Ha compartido escenario con Tomatito, Gerardo Núñez, Mercé, Niña Pastori, Morente, un largo etcétera de nombres conocidos.
Ha trabajado con orquestas sinfónicas, en Amsterdam y con la OSCyL, cuando vino Vicente Amigo. «Pero con un cuarteto, nunca. Será una experiencia nueva, una aventura. Soy un cantaor aventurero». El de Utrera confiesa que antes que el flamenco le gusta la música en general. «Siempre he estado abierto a todas las propuestas. Los instrumentos de cuerda son los que más me atraen y creo que le van bien a mi forma de cantar y a mi voz». Ha elegido para este concierto temas suyos y palos de flamenco que envió a la arreglista Amparo Edo y ha sido la valenciana quien los ha adecuado a esta nueva plantilla instrumental.
«Yo cojo palos clásicos del flamenco, pura ortodoxia clásica que luego interpreto a mi manera. Otras veces compongo letras, la música no porque soy analfabeto en ese aspecto. A veces te viene una melodía a la cabeza, cuando menos te lo esperas, le das vueltas y luego pasa a ser un tema». Hoy ensaya con las Isadora Irene Ferrer (violín), Jennifer Moreau (violín), Marie Delbousquet (chelo) y Paula Santos (viola) para un ciclo que se apellida fusión. Quien ha trabajado con algunos de los que abrieron esa vía en el flamenco cierra rápido el debate con los puristas.
La memoria de los abuelos
«Para mí el flamenco es una música que va con su tiempo, cambia con él a la vez que el entorno. Pero eso no es nuevo. Ya mis abuelos me contaban que en sus tiempos se cantaban unos pocos tonos. Fernanda de Utrera era una cantaora ortodoxa y por entonces se escuchaba mucho a Concha Piquer, a Antonio Machín, la copla y el bolero. Pues Fernanda cogía Dos gardenias para ti y las hacía por bulerías. Eso ya no es flamenco sino un bolero, evolucionado según ella. Nos marcaron unos cánones, pero como cantaor debo desarrollar mi personalidad musical, hacerlo a mi manera, en definitiva, intentar ser lo más personal posible».
Por eso le gusta investigar y probar muchas músicas que tienen que ver con el flamenco. Una de las experiencias musicales más gratas de su vida fue «meterme con el colombiano Edmar Castañera, arpista, en el estudio de grabación. Ni yo sabía de arpa ni el de flamenco, pero la música une, está en el aire. Colaborar con otros músicos te hace adecuarte a sus tonos, buscar el camino común».
Cuando canta con Vicente Amigo, como cuando lo hacía con Paco de Lucía o Tomatito, se tiene que plegar, adaptar a su música. «Con él o con Paco de Lucía sabes que tienes una libertad musical dentro de su marco, eres su acompañamiento». En Valladolid, será distinto, él será el solista y los instrumentistas, el acompañamiento. «Allí seré yo en estado puro». Prepara nuevo disco, pero no quiere cantar nada de él antes de grabarlo. En la sala del Teatro Experimental irá sobre seguro, los temas que ya ha rodado. «No me gusta adelantar nada hasta que no esté grabado. No hay que estropear la sorpresa», asegura.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.