'Otro lío de Melendi'

«La lías más que Melendi en un avión», «Ha hecho un Melendi». Frases como esta o similares sirven para explicar sin muchas palabras los escándalos a bordo de un aeroplano. Usarlas ya es habitual en la calle. Esta circunstancia da idea de la dimensión que alcanzó el suceso y los niveles de popularidad del asturiano. Esta ha sido su salida de tono más recordada de la que el artista ha hablado en multitud de ocasiones en todo tipo de entrevistas, sin eludirla, asumiendo su responsabilidad y recordando cómo ese momento supuso un punto y aparte en su vida tal y como reconoció a Risto Mejide durante su Chester.

La verdad es que Melendi ha tenido sus más y sus menos con la ley. La Otra Crónica publicaba a finales del 2014 que participaba en timbas de póquer en un chalé en Madrid junto a la jet de la capital. Parece que la Policía le puso el ojo encima después de una emboscada con otros coches en la A-1, hechos que denunció ante la Guardia Civil. El suplemento de crónica social de El Mundo da más datos y afirma que Melendi ya jugaba en salas privadas de Torrelodones al Póker Omaha una variante del famoso juego con cuatro cartas.

Todos estos sucesos aireados en la prensa nacional han servido al cantautor para escribir su propia crítica a los medios de comunicación bajo el título Otro lío de Melendi. En esta canción ironiza sobre la afición de los periodistas a rebuscar en sus problemas y a vincularlos para conseguir una mayor repercusión. «Y después de tantos casos/ En los que he estado implicado, / No consiguen vincularme / Al crimen organizado.»

La canción continúa con la siguiente estrofa: «Le agradezco al periodista / Toda su preocupación, / Porque yo hace un par de meses /Denuncié una situación, /De un tipo que por el Facebook /Reclamaba la autoría, /De entre muchos de mis temas: / Caminando por la vida. En estos versos Melendi se refiere al parecido que guarda uno de los mayores éxito con la canción de The Moody Blues Nights of White satin, que recuerdan un buen número de blogs en Internet.

Ya para terminar brinda una ayuda a la prensa por si en algún momento le quieren recordar algunas otras infracciones: «... He entregado en el blockbuster /Pelis sin rebobinar. /Cuando nos hacemos fotos /Nunca puedo resistir, /Poner los cuernos al otro, /Me hace gracia, soy así. /He escupido a las palomas, /Y hasta he roto algún cristal, /Pero eso ya está prescrito /Fue a los 6 años de edad.»

Su paso por La Voz

Melendi también ha dejado grandes momentos televisivos, sobre todo, gracias a su participación como coach de La Voz. Allí el cantante tuvo que hacer frente a bocajarro y en directo al abandono de Ruimán por «incomodidades» con su coach y «desacuerdos con la dirección del programa», según sus propias palabras. También se quejó de que su canción no estaba en la lista previa que presentó y de que tuvo menos tiempo para preparar su actuación que el resto de sus compañeros. Todo esto añadido a que Twitter suspendió su cuenta durante unas horas.

Lo cierto es que Ruimán acusó a Telecinco de trato discriminatorio en un comunicado que tuvo su repercusión en Sálvame. En la nota explica que fue el único que tuvo a disposición a los estilistas para asesorarle con respecto al vestuario y que fue al único al que no peinaron. En ese mismo comunicado arremete contra Melendi: «Para mí sigue siendo un buen artista, pero a nivel personal no tanto. Es mi opinión personal, resultado de mi paso por 'La voz'.»

En declaraciones posteriores Ruimán comenzó a atacar con más fuerza al cantante asturiano y a otros componentes del programa: «No cuenta con mi respeto», declaró, y le acusó de insultar a su familia delante del público. Su enfado llegó a Malú, de la que dijo que cuando «no se sabe es mejor no hablar». Así respondía a la cantante madrileña después de que ésta defendiera a su compañero de sillón: «No sé qué habrá pasado pero a este que está aquí sentado le conozco muy bien y tengo que decir que me pongo yo misma en el fuego y no me quemo, que no me creo que Melendi haya hecho nada en contra de sus talents». Y es que Ruiman tuvo hasta para Jesús Vázquez: «Los puñales por la espalda, se sienten».

En esa ocasión las explicaciones del participante canario fueron tan exiguas que los espectadores no llegaron a entender del todo a que se debió el abandono a pesar de que sus primeras palabras fueron para disculparse con la audiencia. La manera de arremeter contra todos también tuvo su repercusión negativa en la imagen del concursante. Tampoco quiso participar con sus compañeros en una actuación conjunta y se marchó de La Voz a pesar del aplauso del público y de que la audiencia le había salvado, lo que no le granjeó las simpatías de la mayoría. Además, sus compañeros no dudaron en defender a Melendi al definirle como «un amor que siempre está dispuesto a ensayar.»

Melendi dejó claro en esos momentos que no sabía nada de la decisión del canario. Su cara lo decía todo. Y sus palabras lo confirmaron: «No entiendo nada». Y añadía: «Tengo la conciencia tranquila pero me da un poco de pena porque me parece una falta de respeto», ya que «independientemente de los motivos que tenga, Ruimán tenía otros momentos para decirme lo que le molestaba, y no desviar la atención de lo que es realmente importante esta noche The show must go on», zanjó.

Después acompañó a Ruimán fuera del escenario con la intención le explicara los motivos del abandono. A juzgar por las declaraciones posteriores no sacó nada en claro.

El caso es que Melendi decidió no seguir como coach en La Voz dando pie a la llegada de Antonio Orozco en la segunda edición. Su salida del programa generó una polémica artificial en torno a las causas que habían motivado su cambio. Melendi siempre ha destacado lo positivo que le ha aportado La Voz y el gran compañerismo que reinaba en el plató. Las verdaderas razones las explicó él mismo: «Te llevabas el discurso a casa. Lo pasé mal decidiendo con qué talent me quedaba. Entiendo que la gente que sigue el programa tiene su criterio. Es un vaivén de emociones». Y es que Ramón Melendi Espina, también tiene su corazoncito.