Sonia Quintana
Viernes, 1 de mayo 2015, 09:12
Se define como «un alumno más de la vida» pero esta noche, a partir de las 22.00 horas, tirará de repertorio para demostrar que, después de quince años en la música, es ya todo un maestro. A sus 36 años Melendi lo tiene claro: «El estilo de este disco va a ser el definitivo». Atrás quedaron las rumbas de Sin noticias de Holanda, el asturiano se pasa a las baladas. Su público de entonces permanece fiel a esas letras que tocan y hunden corazones. Valladolid ha sido la ciudad elegida para iniciar su nueva gira. Esta noche el Auditorio de la Feria de Muestras dará fe de que Melendi es mucho Melendi.
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Ha llegado el momento de la verdad, ¿que se va encontrar el público de esta nueva gira?
Muchas cosas. Esta es una gira llena de sorpresas. Según avanza el tiempo hay que preocuparse cada vez más de que la gente no se encuentre lo mismo. Ya son muchos años girando y tenemos la suerte de tener un repertorio amplio pero este espectáculo lo hemos enriquecido mucho. Nos lo hemos gastao.
De su disco Un alumno más ha dicho que es «el mejor» y «el más importante», ¿por qué?
Es un disco importante porque asienta un camino que empecé hace tres discos con un estilo muy marcado y que va a ser el definitivo. Esto es importante dejarlo claro. Estoy muy a gusto con este trabajo y estoy muy contento con el directo que, al final, es lo que nos gusta a nosotros, que lo que grabemos nos haga disfrutar en el escenario.
A sus seguidores más puristas les preocupa que haya cambiado las rumbas por las baladas.
Tienen toda la razón del mundo. No soy el mismo, pero creo que es una evolución natural. Son quince años haciendo canciones y, al final, uno va encontrando el camino que más le gusta e investigando y estudiando se va colocando en su sitio. Yo empecé muy verde en la música. Eran canciones de una temática que no va ahora conmigo y es lógico que noten el cambio y que a la gente que le gusté en mis inicios lo eche de menos, pero es normal, siempre pasa. Tengo que ser coherente con mi situación, con lo que me pasa y con lo que me gusta.
Algunos le definen como el poeta de este siglo.
Tengo todavía mucho que demostrar; me queda mucho tiempo. En este país hay grandes poetas y grandes cantautores. Evidentemente cuando uno se encasilla en un estilo en lo que parece que lo que prima son las letras son cosas que se dicen. A mí me gusta porque lo que yo más cuido son las letras de mis canciones y creo que ese es un poco el secreto de que sigamos estando ahí. La gente se identifica con ellas y esa complicidad se nota encima del escenario. De momento eso es lo que me vale, luego el tiempo marcará lo que seamos o dejemos de ser.
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Nuevo disco, nuevo look
¿Y no se anima a escribir un libro?
Estoy con ello y estoy sufriendo mucho. Llevo tres años escribiendo una novela de ciencia-ficción; a veces hay demasiada ciencia y, a veces, demasiada ficción, nunca encuentro el equilibrio. Creo que cada uno vale para lo que vale y me estoy dando cuenta de que es probable que no pueda terminar el libro solo. Hay que aceptar esas limitaciones. Estudio y leo mucho, que era una asignatura pendiente que yo siempre he tenido, y creo que con el tiempo lo conseguiré.
Nuevo disco y nuevo look, ¿si el estilo de Un alumno más va a ser el definitivo también lo será el pelo corto de Melendi?
Llega un momento en que uno busca la comodidad. Siempre he tenido unas peleas tremendas con mi pelo porque no me gusta. Siempre he tratado de buscar formas de llevarlo que pudiera ser cómodo y, a la vez, que me gustase. Y eso es muy complicado. Así que me he cortado el pelo, me he puesto el flequillo para arriba como cuando tenía 15 años y listo. ¡Ya está, se acabó!
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Y además ha fichado como imagen de una firma de moda.
¡Quien no se ha calzado unas Yumas! Es un remember para mí.
De cada uno de sus temas podría sacarse una frase de esas que te obligan a detener el tiempo un instante para leerla dos veces. Muchas veces me planteo si soy lo que veo, dice en La religión de los idiotas, uno de los temas de su último trabajo. ¿Qué ve Melendi cuando se mira al espejo?
Cuando te miras al espejo hay que plantearse que no eres solo lo que ves. Ni siquiera somos nosotros mismos. Somos lo que la sociedad quiere que seamos y nada más. No tenemos poder de elección. Además estamos programados para la frustración desde pequeños; para no conseguir lo que queremos porque, en realidad, no somos lo que queremos, simplemente elegimos una opción que nos dan, la que más nos gusta dentro del abanico de posibilidades que nos ofrecen y con ella tiramos hacia delante. Muchas veces es tan difícil sentirnos bien con nosotros mismos por eso. Yo me hago esta reflexión. Es my difícil sentirse bien contigo mismo cuando te miras al espejo porque no somos nosotros mismos, por eso me planteo si a veces lo que yo siento es lo que soy».
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