«Dirigir un coro es una experiencia intergeneracional además de musical»

Se cumplen diez años desde que se bajara del barco de los Celtas Cortos. Desde entonces, Carlos Soto ha extendido su talento y sus inquietudes en diferentes proyectos musicales en los que su inquietud por la música tradicional, el jazz o la electrónica han estado latentes. En 2008, el músico vallisoletano se fue a vivir a San Miguel del Arroyo (Valladolid). Allí tiene su estudio de grabación El círculo Mágico y también dirige junto a su compañera, la cantante María Desbordes, la Asociación Músico-Vocal Pinares de Castilla. Con este coro acaba de lanzar un primer disco en el que se reinterpreta música de raíz medieval y renacentista alterada por el toque de un director tan sabio como inquieto. Este sábado será la presentación en directo en el Centro Cultural de San Miguel del Arroyo.

Seis años ya como director del coro Pinares de Castilla. ¿Cuánto hay de azar y cuanto hay de premeditación en la experiencia que presenta el sábado?

Lógicamente tiene que ver cuando nos vinimos a vivir a este pueblo María y yo. La propuesta fue a partir de un pequeño grupo del pueblo que tenía bastante afición y que nos propuso que lleváramos la dirección artística. Nos pareció bien. Yo no tenía experiencia coral pero sí la tenía María que lleva en coros desde que tenía 4 años. Su padre Christian Desbordes dirige el Ensemble choral du bout du monde en la Bretaña Francesa. Nos lanzamos con el coro proponiendo cambiarlo de grupo coral a también instrumental, mezclando en él a gente que también le gustaba tocar. Hemos conseguido una agrupación más abierta de diferentes edades y gustos.

¿Hasta donde llega la apertura de miras de Pinares de Castilla?

Pues partimos desde cantigas de Alfonso X El Sabio hasta canciones de Violeta Parra pasando por música del renacimiento, por ejemplo. En este primer trabajo hemos buscado variedad y ha sido una manera de abrir el abanico. Ha sido un descubrimiento para todos los que formamos el coro. Algunas obras se interpretaban solo cantando y nosotros hemos añadido acompañamientos musicales siguiendo el ejemplo del padre de María y su coro del que yo también formé parte cuando estuve viviendo en la Bretaña francesa tras dejar Celtas Cortos.

¿Es de los que cree que este tipo de proyectos revitalizan la vida cultural y social de la provincia?

Totalmente. No solamente el coro sino cualquier clase extraescolar o cualquier otra pequeña acción. Todo ello es muy importante y también sirve para integrarte tú mismo en la vida del pueblo. A mí me ha servido para responderme a eso de «¿Qué hago yo aquí?». Jamás pensé en dirigir un coro y mira por donde me ha servido para relacionarme con los más mayores y con los más pequeños.

Además de dirigir el coro, en San Miguel del Arroyo trabaja en su estudio de grabación y sigue adelante con proyectos como Castijazz. ¿Cómo vive esta otra manera de disfrutar la música alejado del circuito pop-rock de Celtas Cortos?

Cuando dejé Celtas, precisamente estaba en esa búsqueda. Quería ir a esos otros mundos de la música no tan visibles. Esta semana todos hemos conocido a Jordi Savall porque ha renunciado al Premio Nacional de Música, pero en realidad es un nombre de primera línea dentro de música antigua. La música está llena de nombres no tan expuestos a cierta popularidad que viven la música con mucha intensidad sin estar de cara a un gran público. Salvando enormes distancias, yo tenía la necesidad de seguir investigando sin estar tan expuesto en ese nivel de popularidad con todo lo que ello conlleva. Estoy muy feliz.

Vamos, que no echa de menos las giras habituales de una banda de rock...

Se echa de menos a nivel emocional. Cuando has compartido 25 años de tu vida con una banda, ese vínculo emocional no te lo quita nadie. Estoy en otra etapa; aunque lógicamente a veces parezco el abuelo cebolleta cuando me pongo a contar batallitas (risas) Es lógico, por otra parte.

Destaca la vuelta de tuerca que le dan a la música de raíz, un poco a la usanza de Hermanos Cubero o Carmen París. ¿Estamos en un momento fértil para avanzar con estos riesgos creativos?

Pues justamente es lo que pienso. Es una corriente que ahora está otra vez en boga en toda Europa. En España hubo un abuso excesivo al respecto que acabó en una monotendencia. Ahora esta vuelta de tuerca se está diversificando mucho y hay músicos que están avanzando desde una onda que no es la más purista sino todo lo contrario. Y eso es lo que me interesa a mí también.

¿Tienen previsto crear más material para Castijazz y para su otro grupo Awen Magic Land?

Con Castijazz seguimos trabajando. Tras la presentación del coro nos vamos a Calahorra a tocar. Por otro lado estamos preparando nuevo material que saldrá bajo el nombre de María Desbordes que será como una continuación de Awen Magic Land. Y a mayores de esto, sigo grabando a artistas en el estudio, mezclando y tocando también por pequeños bares de los pueblos, que desde luego parece que es más fácil que tocar en las salas de la capital.