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Victoria M. Niño
Lunes, 3 de noviembre 2014, 11:56
Schubert y Chopin serán los platos fuertes de su recital. Beatriz Blanco vuelve a su tierra desde Basilea, donde reside. Chelista formada en Valladolid (Frederik Driessen), Salamanca (Aldo Mata) y San Sebastián (Asier Polo), hizo un máster en la ciudad suiza y luego estudios de posgrado en Salzburgo. Estaba en el famoso Mozarteum cuando le llegó la notificación del Gobierno de Viena: le premiaban por tener el mejor expediente de posgrado de las universidades austriacas en 2013. «Ni sabía que existía esa distinción, fue orgullo recibir un reconocimiento así fuera de mi país».
A pesar de todo, eligió Basilea para vivir. «Hay muchos proyectos y muy interesantes, y desde el punto de vista logístico estoy a dos horas en avión de España y de muchos sitios. No es comparable la oferta y demanda de trabajo con ningún otro sitio, ni siquiera conAustria, donde el círculo es más cerrado». Apasionada de la música de cámara, «por las joyas del repertorio» y porque «tocar siempre sola es enfermizo», mantiene el dúo con Federico Bosco con quien grabará un disco el próximo año. «Serán obras de Chopin tan conocido por su trabajo para teclado que Chola de Santiago me hizo estudiar para chelo y piano, y de Franchomme, chelista y amigo de Chopin, con quien colaboró. No se ha grabado la música de Franchomme y aunque quizá son obras que no tienen tanta profundidad, son obras bonitas, de salón que nadie había hecho». El disco saldrá en primavera el sello Odradek. Poco después, vendrán a presentarlo al ciclo de Juventudes Musicales en el Teatro Calderón.
Ha tocado recientemente en la Fundación Juan March y espera volver. Tras Medina del Campo, tiene citas en Zurich, Florencia, Francia. «Todos los que estamos fuera, sentimos cierta frustración, queremos volver. Si pasas de los 30 y te estableces en un sitio, es difícil volver. Pero si no encuentro algo de calidad, prefiero quedarme donde estoy. Quiero venir a España, mi corazón está aquí, pero no a cualquier precio». Aunque la cámara la entusiasma, también disfruta con el repertorio concertístico con orquesta. Debutó en 2004 con la Sinfónica de Castilla y León, y con ella vuelve en enero para hacer el Concierto para chelo, de Elgar. «Junto con el de Schumann, son mis conciertos favoritos. Y creo que las mujeres los interpretan muy bien, hay un punto de energía femenina, tienen momentos pasionales, agresivos. Lo hice con la OSCyLentonces y con él vuelvo. Espero que se note mi evolución. Cuando te conocen, hay más presión».
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