El mejor verano de la música

Música para todos los gustos y de todos los estilos con artistas de primerísima fila a nivel nacional e internacional. Valladolid ha vivido el mejor verano musical de la historia con los ciclos de conciertos del Universijazz, el Estival, el Valladolid Blues y Las Noches de San Benito, que recuperaron un lugar mágico para la música como la céntrica Hospedería de San Benito. Artistas que ya están instalados en la leyenda como Freddy Cole, Chucho Valdés, emblemas de sus estilos como Raimundo Amador y su flamenco-blues, Malevaje y su homenaje a los tangos, junto a una programación municipal de lujo con Vicente Amigo, Luz Casal y Alberto Cortez y dos estrellas internacionales, una consagrada, como el genial guitarrista Joe Satriani, y Katie Melúa, menos conocida, pero con que ofreció un concierto lleno de sensibilidad.

«Hemos resurgido afirma Mercedes Cantalapiedra. Aquello que hubo en su día durante las noches de verano, lo hemos vuelto a retomar y ha sido todo un éxito. En los ciclos del Universijazz y el Estival que organiza la Universidad de Valladolid, que siempre apuesta por la calidad, y también ha habido mucha calidad en el ciclo Valladolid Blues, con Raimundo Amador como gran figura, lo mismo que en la programación municipal con los conciertos de Las Noches de San Benito. Podemos decir que ha sido uno de los mejores veranos musicales de la historia».

Para la concejala de Cultura, la programación «ha sido maravillosa, de primer nivel, con artistas nacionales e internacionales que quizá nadie podía imaginar que vinieran a Valladolid».

Una vez comprobado el éxito que han tenido todas las actuaciones veraniegas, Mercedes Cantalapiedra asegura que «esto no acaba aquí, porque también tenemos pensado preparar un invierno con música de calidad. Está claro que en Valladolid nos tomamos muy en serio la música en directo».

El duende de la música

Considera que «hemos recuperado el duende de la música con las actuaciones que hemos tenido a lo largo del verano. Es la línea de trabajo que debemos seguir. Estamos en el buen camino, hemos abierto el abanico de los estilos musicales y hemos puesto en valor todo lo que se está haciendo en Valladolid por la música».

Para la concejala del Ayuntamiento de Valladolid, «quizá el concierto más sorprendente haya sido el de Katie Melúa, una gran artista que es menos conocida que otros, pero que ofreció un conciertazo lleno de calidad. También fue magnífico y emotivo el de Luz Casal, que además fue el único que agotó las entradas en San Benito».

Mercedes Cantalapiedra desvela que la media de asistencia a cada concierto de Las Noches de San Benito «ha sido de unos 600 espectadores, prácticamente las dos terceras partes del aforo, lo que consideramos que es todo un éxito, aunque pensamos que en el futuro será mucho mejor».

También es consciente de que volver a San Benito «ha supuesto un esfuerzo económico importante, pero por el éxito que hemos tenido, en cuanto a la calidad de los conciertos y de afluencia de público, haya sido quizá el esfuerzo más gratificante».

Completa y heterogénea

Jorge Jafo Otero, guitarrista de Bluedays, y organizador del Valladolid Blues y Las Noches del Llantén, considera que la programación musical de este verano en Valladolid ha sido «muy completa, heterogénea, con propuestas para contentar, y con creces, a la gran mayoría del público».

También piensa que «evidentemente siempre habrá unas que me complazcan más que otras, pero hay que ser justos y aplaudir una programación hecha con muy buen criterio y conocimiento musical, me consta. O no lo es poder disfrutar, o al menos tener la opción de acudir, en un período relativamente corto de tiempo, a ver a Luz Casal y a Malevaje, o Marlango (por poner unos pocos ejemplos), y en un espacio único además, y recuperado este año como San Benito».

Jorge Otero califica el futuro de la música en Valladolid como «ciertamente alentador. Las instituciones, pese a quien pese, están programando muchas actuaciones y con buen criterio y no hay color si lo comparamos con otras grandes capitales».

Además considera que lo que siempre debe ser una obligación en cuanto a programación municipal se refiere «es programar para todos los públicos potenciales con que contamos en Valladolid. Hay que apostar por la diversidad y, en mayor o menor grado, aquí se está haciendo».