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ROBERTO TERNE
Miércoles, 16 de julio 2014, 10:33
Apertura al nivel de la programación. El legendario pianista norteamericano Freddy Cole fue el encargado anoche de abrir la edición número XIII de un Universijazz que este año se presenta trascendental en cuanto a nombres y a previsiones de participación de público. Escasas eran las butacas que anoche quedaron libres en el Patio de la Hospedería de San Benito. Para hoy con Chucho Valdés el cartel de Entradas agotadas ya es un hecho, mientras que para los próximos días las previsiones se esperan similares con Kenny Garret mañana y con Sheyla Cooper el viernes.
Antes de la salida al escenario de Freddy Cole, fue el momento de las presentaciones y palabras por parte del equipo responsable de que el jazz y la Universidad esten tocando juntos en Valladolid desde hace más de una década. El vicerrector de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria, José Ramón González, precisamente dio importancia a la ya destacable trayectoria del ciclo. «No es casual dijo que en 13 años el festival sea un referente a nivel nacional». Además, señaló «el carácter de retorno y de gratitud que Universijazz tiene con la ciudad y con la sociedad que le ha apoyado desde esta relación artística». Finalizó la presentación del ciclo bromeando con que «Universijazz está ahora en la edad del pavo y esperamos verlo llegar hasta su senectud».
Es un asiduo de los escenarios y los festivales españoles y europeos. Chucho Valdés coincidió con José Luis Gutiérrez hace tres años en el festival de Toulouse, y ahora el vallisoletano le presenta en el suyo, el Universijazz. Desde los tres años habla a través del teclado y cumple este otoño 73. Solo o acompañado, con orquesta, con combo, big band o sexteto, las manos de Chucho son mariposas libertarias que lo mismo juegan con acordes, que reproducen melodías clásicas, de Rachmaninov a los sones cubanos. Hijo de Bebo Valdés, pianista del Tropicana, fue testigo desde la niñez de conciertos de King Cole, Erroll Garner o Sarah Vaughan. A los 14 años culminó los estudios musicales en el Conservatorio de La Habana y empezó a estudiar con Zenaida Romeu, Rosario Franco, Federico Smith y Leo Brouwer. Quizá fuera este último el que le abrió el mundo sonoro del flamenco, una de tantas músicas que ha ido añadiendo durante su carrera al jazz afro-cubano, «porque la música es mucho más que la afrocubana». A los 15 años formó su primer trío y en 1958 comenzó a bregarse como pianista en los hoteles de su ciudad. Un años después debutó con la orquesta Sabor de Cuba que dirigía su padre, al que considera su maestro. Con él trabajó hasta 1960, cuando emigra a Europa y no vuelven a encontrarse hasta que en el 2000 tocaron en Calle 54, la película de Fernando Trueba.
A José Luis Gutiérrez le tocaba ya presentar al artista de la noche, del que destacó sus «80 años de toda una vida dedicada al piano». Sin más protocolos salió a escena un Freddy Cole que se manifestó repleto de clase y de clasicismo. Abrió el repertorio con todo un popular de Bobby Darin como es As long as Im singing... Todo un prototipo de intenciones para abrir vitalmente una noche que se vistió de etiqueta. A mayores de su grandeza como pianista e intérprete, anoche Cole expuso su talento para expresar la sensibilidad del jazz y del swing a través de su atractiva y genuina voz. Sin duda, los ecos de los viejos tiempos del jazz urbanita se hicieron anoche con el ambiente de San Benito.
La química, la magia y la capacidad de flotación que Cole consigue a sus 83 años en directo vale como un ente conjunto, pero puestos a destacar algunos momentos de la noche de ayer bien valió un Thats all que se anunciaba como el primer derroche de sensibilidad de una noche en la que tuvo su peso el trío de músicos que acompañaban a Cole. La batería del veterano Curtys Boyd se mantuvo, como siempre, precisa, contenida y al servicio de la leyenda. El contrabajo de Elias Bailey manejó especialmente las partes de swing con elegancia, mientras que la guitarra de Randy Napoleon aportó otra gran dosis de clase a la noche de Cole. Estimulante resolución de Sunday Kind of love y más que cercano el inicio de las despedidas con To say Goodbye. Cole deja pues el escenario más que caliente para hoy a Chucho Valdés.
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