Hace 50 años del adiós de los Beatles, 'Let it be', un final que dejó desconsolados a sus seguidores y que en las próximas semanas se conmemorará con la edición aniversario del disco y el estreno del documental sobre aquel periodo que está ultimando Peter ... Jackson, el realizador de las trilogías de 'El señor de los anillos' y 'El Hobbit'. Los Beatles fueron el primer grupo de pop que elevó su trabajo a la categoría de música 'clásica' y fueron también innovadores en sus letras. Pero su historia y la de sus canciones son, además, representativas de la época de cambios que protagonizaron, y que es el germen de la nuestra.
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Por ello, quizás el mejor homenaje posible para una trayectoria tan rica y completa como la de los de Liverpool sea recordar un puñado de historias poco conocidas y que, en algunos casos, enlazan su trayectoria con España por caminos sorprendentes.
1. La película española de John Lennon
El caso más claro de vinculación de los Beatles con España es la película que John Lennon filmó en tierras de Almería a las órdenes de Richard Lester (director también de las dos películas del grupo 'A hard´s day night' y 'Help'). La película se titulaba 'Cómo gané la guerra', tenía vocación antibelicista -se rodó en 1967, cuando arreciaban las protestas contra la guerra de Vietnam- y mantuvo a Lennon seis semanas en tierras andaluzas, entre septiembre y noviembre. Aquella estancia del Beatle en tierras españolas sería objeto de una hermosa evocación por parte de David Trueba en su película 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', que toma su título de un verso de la canción 'Strawberry fields forever', que justamente compuso durante su estancia en España.
Las ideas básicas de la célebre canción surgieron mientras tomaba el sol en la playa y luego las desarrolló en una gran casa de trece habitaciones llamada Santa Isabel que alquiló, y que estaba en los alrededores de la ciudad. Aunque la completó al llegar a Inglaterra, el grueso del trabajo lo hizo aquí. 'Strawberry fields forever' evoca un edificio real vinculado a la infancia de Lennon, la mansión victoriana Strawberry Field, en Beaconsfield Road, a cinco minutos de su casa en Menlove Avenue, en Liverpool. Aquel lugar, en el que se colaba a menudo sin permiso, era para Lennon como la madriguera del conejo de 'Alicia en el País de las Maravillas', el célebre libro de Lewis Carroll. La canción evoca un estado de ánimo y un estado de apertura mental muy característico de estos años en la trayectoria Beatle.
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2. La chica que se fugó de casa y terminó en Granada
Una de las historias más sorprendentes ocultas tras las canciones de los Beatles es la de 'She's leaving home', incluida en el disco 'Sgt. Pepper,s lonely hearts club band'. Como es sabido, Paul leyó en el 'Daily Mail' de Londres la historia de una adolescente que se había fugado de casa, y aquello le llevó a crear una evocadora canción, en la que daba cuenta de uno de esos conflictos intergeneracionales tan frecuentes en los años sesenta entre padres e hijos. Aquella chica del periódico tenía un nombre, Melanie Coe, y una historia detrás, que Steve Turner cuenta con todo lujo de detalles en su imprescindible libro 'Los Beatles. Las canciones completas' (Editorial La Cúpula).
Como tantos otros jóvenes de la época, Melanie se marchó repentinamente de casa, donde se sentía incomprendida, pero fue descubierta a los diez días. Poco después, a los 18 años, se casó, aunque el matrimonio duró poco. Tres años después se trasladó a EEUU e intentó trabajar de actriz en California, pero finalmente terminó en Granada, en España, donde residía en 2015 con sus dos hijos adultos cuando Turner escribió la más reciente versión de su libro. Lo más sorprendente de aquella canción es que McCartney acertó de pleno en la recreación emocional de la historia, hasta el punto de que la propia Melanie se vio reflejada en ella cuando la escuchó por primera vez y todavía ignoraba que su historia había sido la fuente de inspiración. Para añadir más peculiaridades a la intrahistoria de la canción, Coe había conocido a los Beatles tres años antes, cuando ellos se encargaron de entregarle un premio en un concurso musical.
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3. Y la Virgen se cuela en 'Let it be'
Bueno, no exactamente la Virgen, porque la Madre María que cita la canción parece ser una presencia inspirada en la madre de Paul, que se le apareció en una de sus muchas noches de tribulación a causa de los conflictos en el grupo. Mary McCartney había muerto cuando él tenía 14 años, pero su recuerdo como madre cariñosa y comprometida generosamente con su trabajo de enfermera de maternidad se quedó grabado en la memoria del Beatle. Al margen de la intención de Paul, las resonancias católicas, e incluso marianas, de la canción fueron evidentes para todo el mundo: en unos casos provocando sorpresa e identificación, y en otros, como en el de su compañero Lennon, un agrio enfado. Pero ahí estaba ella, un alter ego de la mismísima Virgen, predicando aceptación y calma frente a las turbulencias del mundo.
Hay una segunda referencia mariana en el cancionero de Paul McCartney para los Beatles y se halla en 'Lady Madonna'. En este caso, Paul sí explicó en alguna ocasión que su inspiración había sido la Virgen María, y la devoción que le profesaban las madres católicas que conoció en su infancia en Liverpool. Pero parece que el verdadero detonante fue otro: una fotografía de una mujer vietnamita con un niño tomando de su pecho que contempló en la revista National Geographic. El pie de foto de la revista la identificaba como una Madonna de la montaña.
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4. La niña Lucy en el cielo
Es bastante conocido que la célebre canción de John Lennon surgió de un dibujo que su hijo Julian le dedicó, a los cuatro años, a una de sus compañeras de guardería, y que presentó a su padre como 'Lucy in the sky with diamonds'. Esa frase y esa imagen fueron el origen de la canción, en combinación con la influencia del surrealismo y de la obra de Lewis Carroll. Pero la niña real, Lucy O, Donnell, tiene su propia historia. Tras casarse a los 32 años con su novio de siempre, empezó a encadenar una serie de problemas graves de salud: artritis poriásica, lupus, problemas de riñón y de bazo… Pese a su cotidiana convivencia con el dolor, nunca dejó de ser esa mujer alegre y positiva que, de niña, entusiasmó al primer hijo de Lennon. De hecho,, aprovechó su fama como 'la Lucy de la canción' para denunciar la falta de medios económicos de la St. Thomas Lupus Trust de Londres. «Estaba más interesada en saber cómo les iba a las otras personas que en los detalles de su propio sufrimiento», describe Steve Turner, que investigó su historia y la trató. Meses después de su muerte, en 2009, Julian Lennon, ya con carrera musical propia, le compuso a su ex compañera de pupitre su propia canción, 'Lucy', y se convirtió en patrocinador de la institución que la había atendido.
5. El mallorquín que inició a Harrison en sabiduría oriental
Esta historia es poco conocida. En el origen de la canción 'The inner light', de George Harrison, que se publicó como cara B del single Lady Madonna, está un español: el mallorquín Juan Mascaró, un experto en literatura y cultura oriental que por entonces daba clases en Oxford. Mascaró coincidió con Harrison en un programa de televisión que incluía una entrevista con el gurú Maharishi Mahesh Yogi, durante un tiempo guía espiritual del grupo. Tras aquel encuentro, Mascaró envió al Beatle un ejemplar de 'Lamps of fire' una recopilación realizada por él mismo de sabiduría espiritual de varias tradiciones culturales distintas. El libro iba acompañado de una nota con la sugerencia de poner música a algunos versos del Tao te ching, en concreto el poema 'The inner light', consejo que George Harrison siguió y que finalmente dio origen a la canción. En el prólogo de su libro 'Lamps of fire' Mascaró presenta los textos recopilados citando al abulense San Juan de la Cruz: «Los pasajes de este libro son lámparas de fuego. Algunos brillan más y otros brillan menos, pero todos ellos se funden en esa vasta lámpara llamada por San Juan de la Cruz 'la lámpara del ser de Dios».
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6. Algunas claves ocultas
Muchas expresiones que salpican las canciones de los Beatles tienen significados ocultos. 'Ticket to ride' parece referirse sin más a un billete de viaje, pero en realidad alude a una expresión acuñada por el propio Lennon para referirse a las tarjetas médicas acreditando ausencia de enfermedades venéreas que las autoridades de Hamburgo exigían a las prostitutas callejeras. La expresión 'roll up', de Magical Mistery Tour aparentemente evoca la invitación del maestro de ceremonias para unirse al espectáculo, pero también era una invitación a liarse un porro. La expresión hombre huevo (eggman), aparentemente incomprensible, que aparece en 'I am the walrus', se refiere al vocalista de los Animals, Eric Burdon, que tenía la excéntrica costumbre de romper huevos sobre sus conquistas femeninas mientras hacían el amor. El juego con las palabras, sus dobles sentidos y sus ambigüedades fue esencial en la evolución de las letras del grupo, una vez que abandonaron del todo el cliché inicial de las canciones románticas chico-chica.
7. La canción que inspiró Luther King
Existen muchas versiones distintas sobre el origen de la canción 'Blackbird' (mirlo) del Doble Blanco. Una de ellas la asocia, sobre todo en su parte musical, con la experiencia concreta de escuchar el canto del mirlo y el afán de McCartney de reproducir aquellos sonidos en una melodía. Pero en lo que se refiere a su letra, la hipótesis que ha ido ganando enteros es la que la interpreta como una canción de aliento a la causa de la igualdad racial.
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El término 'blackbird' se usaba para referirse a las personas de color desde la época de la trata de esclavos y, aunque inicialmente tuvo una connotación peyoritariva, los defensores de los derechos civiles se lo apropiaron y le resignificaron positivamente. A ello hay que añadir que, aunque la música es anterior, la letra pudo componerse a raíz del asesinato de Martin Luther King el 4 de abril de 1968. Si bien esta interpretación no fue avalada por Paul inicialmente, en algún concierto de los últimos años se le ha oído explicar que la canción fue escrita «cuando había problemas en los estados del sur de EE UU con los derechos civiles y yo tenía la esperanza de que al escribirles una canción podía darles un poco de aliento a las personas que luchan». Alusiones como «Solo esperabas este momento para ser libre», «toma estas alas rotas y aprende a volar», o «mirlo, vuela hacia la luz de la oscura noche negra» parece claro que no se refieren sólo a un ave.
8. La fijación de Manson por los Beatles
En el disco conocido como Doble Blanco por su portada hay al menos cuatro canciones que están asociadas con los terroríficos crímenes (8 asesinatos) que los Manson cometieron en el año 1969 y en los que murió, entre otros, la actriz Sharon Tate, la mujer del director Roman Polanski. Charles Manson interpretó las letras de Piggies, Helter Skelter, Revolution 9 y Honey pie como si contuvieran mensajes cifrados de los Beatles a sus seguidores que alentaban a una revolución violenta contra el poder establecido.
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En el caso de Piggies, la palabra cerdos podía ser interpretada como una alusión a las clases medias o a la policía. Y la frase que decía que «los cerdos necesitaban una buena zurra» fue una de las que Manson interpretó como una invitación a los crímenes. De hecho suele considerarse que el uso de cuchillos y tenedores en uno de ellos está relacionado con un verso de la canción. Una asociación que a George Harrison, el autor de la letra le dejó horrorizado. Pero que no fue la única. Otro de los temas que excitó la imaginación de Manson fue 'Helter skelter'. La expresión original hace referencia al tipo de toboganes en espiral que abundaban en los parques de atracciones de la época, y era una metáfora, otra más, de los viajes interiores, en este caso hacia un cierto abismo. Pero Manson lo interpretó como la advertencia de que estaba a punto de producirse un gran levantamiento racial al que dio el nombre de la canción. Las dos palabras aparecieron pintadas en el escenario de otro de los asesinatos. Finalmente, también encontró Manson instrucciones para sus crímenes en el tema Honey pie. En esta ocasión como la protagonista era una mujer del mundo del cine, Manson decidió que sus crímenes deberían tener como objetivo Hollywood.
9. La boda de Lennon en Gibraltar
John Lennon y Yoko Ono decidieron casarse repentinamente, pero la improvisación les jugó una mala pasada. No pudieron casarse en Francia, como deseaban, porque carecían de pasaporte y en el puerto de Southampton donde iban a embarcar les obligaron a dar marcha atrás. Como solución de compromiso optaron por casarse en Gibraltar, que era territorio británico y desde allí se fueron de luna de miel a Amsterdam, donde protagonizaron la primera de sus actuaciones de activismo pacifista bajo el edredón, que tan populares se harían en la época. Lennon y Yoko estuvieron en Gibraltar menos de una hora, y la ceremonia de su boda duró diez minutos. En España el tema de la canción que recrea esta peripecia, 'The ballad of John and Yoko', fue censurado en la radio porque la letra se refiere a Gibraltar como un territorio cerca de España, no español. Aún así el single se comercializó.
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10. Abrumados ante Brigitte Bardot
Los Beatles eran incondicionales de la actriz francesa desde su etapa adolescente en los años cincuenta. Era su mito erótico. Y lo era hasta el punto de pedir a sus novias que imitaran su imagen y estilo. De modo que resultó de lo más natural que cuando la revista New Musical Express les preguntó por su actriz favorita todos, salvo Ringo, citaran a Brigitte Bardot. Los Beatles hicieron un primer intento por conocerla en febrero de 1964 cuando acudieron a París por primera vez a dar una serie de conciertos en el teatro Olympia, pero por entonces ella estaba en Brasil. Sin embargo, apenas un año después, en el verano de 1965, el encuentro se hizo realidad. Con motivo de una nueva actuación en la capital francesa, la invitaron a su hotel, el lujoso George V, cerca de los Campos Eliseos, y la mujer de sus sueños lúbricos adolescentes compareció. Un testigo, Jean Marie Pertier, citado por Matías Uribe en su libro dedicado a la actriz, describe la gelidez y el bloqueo que caracterizó a aquel encuentro, en el que seguramente había exceso de admiración e ideas preconcebidas. «El efecto que Brigitte Bardot causó en ellos fue increíble. Se hizo un silencio sepulcral. Los Beatles estaban sentados en un rincón de la suite y se quedaron paralizados, mirándola como si fuese una portada de 'Jours de France', Y ella los miraba como si hubiesen salido de la carpeta de un disco». No habían sido capaces de romper la barrera de la imagen y la fama.
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