El escritor y María España, durante su boda en la parroquia de San Martín, en 1959. Fundación Umbral

El vínculo con Valladolid: ciudad de infancia, novia y tertulias

Umbral comenzó su carrera en la ciudad a la que dedicó el pregón de 1970

Victoria M. Niño

Valladolid

Domingo, 2 de mayo 2021, 08:27

«Valladolid es para mí la ciudad de la infancia cruel y la adolescencia atroz», decía en su pregón de las fiestas de 1970 Francisco Umbral, en el Ayuntamiento de la ciudad. El escritor aceptó la invitación pero olvidó el carácter lúdico y llevó la intervención a su mundo literario, un ejercicio de estilo sobre su biografía. Recordó la «edad dorada» en la calle San Blas, el hambre y el juego, los anuncios de la guerra y los conventos. No pretendía amargar la fiesta a nadie, era la antesala para reconocer la mejora: «ahora es una gran ciudad, quiero recordaros vuestro origen y el mío...Valladolid es el hondón revuelto de Castilla y de España». Entre esas consideraciones, atribuía a la ribera del Pisuerga una vecindad de derechas y a la del Esgueva, de izquierdas. Esta afirmación provocó la protesta oficial que llegó al periódico. Corría el 11 de septiembre de 1970, Umbral volvía a su ciudad como ilustre escritor.

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Ese fue uno de los dos pleitos en los que tuvo que defenderle El Norte, según recordaba en 2006. El otro fue por un pie de foto en el que tildaba a Brigitte Bardot de «maravilloso pecado mortal».

En esa ciudad de adolescencia atroz quien ansiaba ser un 'baudelaire', «modelo de escritor en estado puro», comenzó a frecuentar tertulias literarias, una fuente inagotable de personajes y rumores que alimentaron sus artículos también en Madrid. Yconoció en la Acera Recoletos a María España Suárez, con quien se casó en 1959 en la parroquia de San Martín.

Autodidacta en casi todo, su madre se empeñó en que aprendiera mecanografía sin que llegara a conocer lo lejos que le llevaría su relación con la olivetti. Botones en el Banco Central de Valladolid durante casi una década, ofreció un recital dominguero en el Teatro Carrión. «Fue un poeta que vivió de tener que hacer prosa», apuntó César Alonso de los Ríos. Y Umbral se convenció de que «escribir es hacer striptease sin música y por poco dinero».

Escribió y leyó su prosa como locutor de radio en La voz de León en 1958, que dirigía su primo Antonio Pérez Perelétegui. Sustituyó a Victoriano Cremer en el 'Diario de León' y ensayó allí su primera sección diaria, 'La ciudad y los días'. Ya en Madrid, Delibes le llamará varias veces para que participe en 'Los jueves de El Norte'. En una de ellas habló sobre Lorca (mayo de 1968). A cuenta del poeta granadino había escrito: «Esta incapacidad por la abstracción refugia al español –pueblo y artista– en lo que viene llamándose realismo y que yo llamo narrativismo y no es sino la imposibilidad de ver más allá de las propias narices». En otra conferencia rememorará los escritores de su juventud. Números especiales por las ferias, la Semana Santa, el V Centenario de la boda de los Reyes Católicos o la inauguración de la rotativa contarán con su pluma.

En 1975 el matrimonio compra «un refugio en Las Rozas» y Umbral le comenta a Delibes que consideraron el Pinar de Antequera. Mantendrá hasta el final de sus días la relación epistolar con su amigo.

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