![Villa Julia puede ser el hogar de Azarías](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202002/22/media/cortadas/1-klqC-U100237999359d3C-624x385@El%20Norte.jpg)
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El acuerdo alcanzado el pasado martes entre las tres administraciones que participan en la puesta en marcha de la Casa Museo de Miguel Delibes, –Junta, Ayuntamiento y Diputación– establece la apertura de un proceso de licitación al que podrán optar aquellos edificios singulares del casco ... urbano de Valladolid con posibilidades de albergar el triple uso al que se destinará el inmueble, sede administrativa de la Fundación Miguel Delibes, depósito del archivo del autor, de acceso a estudiosos de su obra, espacio para la exposición permanente tanto de su lugar de trabajo como de su legado y dependencias para el desarrollo de actividades culturales como presentaciones literarias, conferencias, debates.
Un proceso de selección en el que parte bien colocada una finca en el número 16 de la calle Zúñiga, conocida como Villa Julia y, según la descripción del Registro de la Propiedad de Valladolid nº3, «una casa-hotel en estado ruinoso con una superficie total de 234,53 metros cuadrados, de los que están edificados 134 y los 100 restantes son de jardín». Consta de cuatro plantas sobre rasante y otra más en semisótano, y su mayor valor arquitectónico reside en la fachada, compuesta por fábricas de ladrillo aplantillado a cara vista, alternado con paños estucados de indudable importancia compositiva.
Los propietarios de la finca son, al 50%, una empresa de Valladolid propiedad de Miguel de Celis y dos particulares titulares el 50% en régimen de gananciales. Sobre la propiedad existe una hipoteca por un importe global de 1,56 millones de euros.
Su condición de favorita se la otorga el hecho de que el Ayuntamiento se fijara en ella para sede de la Casa Museo Delibes hace ya dos años, llegando incluso a plantear un acuerdo de alquiler por diez años y un incremento del 2% anual de la renta, ante la imposibilidad del Consistorio de asumir en solitario el coste de la compra del inmueble.
¿Cuánto cuesta Villa Julia? Cuando empezó a sonar como firme candidata a albergar la sede de la Fundación Delibes se encargó un peritaje que fijaba el precio aproximado en torno a los cinco millones de euros, un precio que al alcalde de Valladolid le parece exagerado, como manifestó el pasado martes apenas horas antes de la reunión con Junta y Diputación en la que se alcanzó el acuerdo. En este punto, Manuel Saravia ofrece los argumentos del equipo de Gobierno. «Acabamos de cerrar la permuta para adquirir el Teatro Lope de Vega por el equivalente en suelo a 1,9 millones de euros. Toda la parcela del convento de las Catalinas ha salido por algo más de seis millones de euros. Hay que ser razonables a la hora de fijar un precio», explica el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, quien recuerda además, que ubicar la sede de la Casa Museo en el solar del convento tendría sentido en este caso, «porque Delibes expresó su admiración por esa calle [Santo Domingo de Guzmán].
«Pero han de tener en cuenta que se trata de un edificio único», rebaten desde la propiedad por el sitio en el que está, por su singularidad como chalet en el centro, enumera el portavoz de los dueños actuales, quien asegura que no tomarán una decisión sobre si concurrirán a la licitación hasta conocer los detalles del pliego, al tiempo que advierte de que hay otras iniciativas empresariales que se han interesado por el inmueble, pero que sus dueños han desoído ante la posibilidad de que se convirtiese en la sede de una Fundación como la de Delibes. «Sería una oportunidad perdida que no se pusieran de acuerdo las administraciones para que Valladolid aproveche todo el potencial que tiene el escritor para atraer visitantes, sea en este edificio o en otro con las condiciones adecuadas», afirma.
«El edificio tiene un tamaño adecuado para albergar la actividad de la Fundación y para un uso museístico discreto para recrear el espacio donde trabajaba Delibes, incluso puede disponer de una pequeña sala de actos limitada a medio centenar de personas, pero para acontecimientos de mayor envergadura siempre puede disponer como hasta ahora de otros espacios», explica el arquitecto vallisoletano Ignacio Paredes, cuyo estudio fue responsable del último proyecto para dar uso a Villa Julia hace ocho años a partir del trabajo anterior del despacho del catalán Óscar Tusquets en 1999 que no salió adelante por vulneración de algunos puntos de la reglamentación urbanística y que ahora por amistad tanto con los propietarios actuales como con la familia Delibes sigue de cerca este proyecto. «Pero más por un interés emocional que profesional. Conocí a Miguel Delibes y soy de Valladolid. Es desde ese punto de vista desde el que estoy interesado, profesionalmente no me va la vida en ello», explica.
La decidida implicación de la Junta de Castilla y León en el proyecto, con el anuncio expresado por el propio presidente Fernández Mañueco en noviembre del pasado año de asumir la adquisición del inmueble, ha hecho posible dar un salto del proyecto anterior, alquiler por diez años, que estaba dispuesto a asumir el Ayuntamiento, a adquisición para sede permanente por parte de la Junta, que prevé que las otras dos administraciones contribuyan a la inversión en adecuación y equipamiento de la sede, una inversión que rondaría los 1,5 millones de euros.
valladolid. Aunque juega al despiste por su tipología, podría parecer contemporánea de aquellos chalés que empezaron a erigirse a comienzos del siglo XX en la madrileña Ciudad Lineal, o un par de décadas más tarde en la colonia también capitalina de El Viso, Villa Julia fue edificada en 1946, según los datos del Archivo Municipal, –que sí apuntan a que el proyecto original podría remontarse a finales del XIX e incluso hay certeza de que en el año 1938 hubo un expediente de reforma firmado por el entonces arquitecto municipal Manuel López Fernández, autor de entre otros del edificio de plaza Zorrilla ocupado por la Caja de Ahorros Provincial– y desde un primer momento destinada para uso familiar.
Esa circunstancia parece jugar a su favor como mejor candidata a ser el edificio que albergue el legado de nuestro autor más universal y se convierta así en destino obligatorio de sus lectores de todo el mundo y de los estudiosos de su obra. En el año en el que aquel chalet, también llamado en el gusto de la época hotelito fue estrenado, un joven y espigado Miguel Delibes, de 27 años, corregía el texto final del manuscrito de 'La sombra del ciprés es alargada', esa ópera prima que un año más tarde presentó al Premio Nadal para ganarlo, éxito del que se enteró en secreto –sin habérselo confesado a nadie que no fuera su novia–, por el teletipo de El Norte la misma noche del fallo del jurado.
Esa novela, que más tarde confesaría Miguel Delibes que no le acababa de convencer porque en ella todavía no había encontrado su sello literario personal, contribuyó a despejar la X que formaba parte del acrónimo MAX con el que –desde su incorporación a El Norte en octubre de 1941 como dibujante colaborador por cien pesetas al mes y entradas gratuitas a los espectáculos– firmaba sus viñetas y caricaturas, y que estaba compuesto por las iniciales de su nombre y el de su entonces novia y luego esposa, Ángeles, junto a la incógnita sobre lo que les depararía el futuro.
Sobre la idoneidad de iniciar un proceso de licitación abierto a ofertas, que es el escogido por la Junta, el secretario general de la Consejería de Cultura, Gregorio Muñoz Abad, informa de que la ley contempla la compra directa cuando se trata de casos más específicos como maquinaria que solo desarrolla una única empresa, pero para casos como el de la sede de la Casa Museo Miguel Delibes, lo adecuado es plantear un concurso, cuyo pliego se redactará en función de las necesidades que establezca la Fundación Miguel Delibes, a cuyos responsables se tendrá en cuenta a la hora de valorar las ofertas y de tomar la decisión final sobre el edificio escogido. «Trabajamos con la previsión de que el pliego se haga público en marzo y desde ahí, con los seis meses de plazo para recibir y estudiar las ofertas, calculamos que para septiembre, después de las fiestas de Valladolid, hayamos tomado una decisión», describe Gregorio Muñoz. Un plazo, por tanto, que no se sale del calendario de conmemoración del Centenario de Miguel Delibes.
Si al final es la opción escogida –si sus propietarios dan el paso y concurren– Villa Julia tendrá un destino diferente al de otras opciones barajadas en los últimos veinte años, desde las que lo situaban como negocio hostelero a las que pretendían convertirla en tienda de H&M.
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