Umbral, inmortal y multicolor

La caricatura de la portada anuncia la habilidad de Montatore para capturar la esencia de la personalidad en pocos trazos. «Hago caricaturas desde hace muchos años, veo una cara conocida o familiar para mí y en seguida por defecto la caricaturizo en mi cabeza», dice quien conoció a Umbral y empezó a leerlo por recomendación de un amigo convirtiéndose en un 'umbraliano'. «He trabajado como decía él, que publicó varias biografías. Umbral hacía 'su' Larra o su Valle, es decir, no afrontaba la narración como una vida novelada sino que buscaba una forma para cada una. La mía tampoco es ortodoxa, le he llevado a mi terreno. Me he centrado en el personaje y en el literato, me interesa menos la persona real». Ycomo la emoción fue in crescendo, amplió su «vibrante» paleta de colores a medida que avanzaba el libro.

El adulto rinde cuentas al niño

Tras unas primeras páginas tituladas 'algunas verdades' en las que sintetiza los hitos biográficos del periodista que comenzó en este diario antes de saltar a la prensa nacional, Montatore esboza a Umbral entre momentos estelares –desde el «yo he venido a hablar de mi libro» con Mercedes Milá, la relación con la jet-set comandada por Pitita Ridruejo o con colegas coetáneos como Dragó o Cela–, personas determinantes –Delibes en lo profesional, su madre y María España en la intimidad– y los lugares –Madrid sobre todos–. Paralelamente Montatore indaga en el Umbral desdoblado en distintas edades, el adulto conversa con el niño que fue y con el gato, en el famoso sillón de mimbre. «Aveces se da consejos, a veces se riñe, es como si se guiase a sí mismo», cuenta el autor que redime así el narcisismo de quien sostenía «le género soy yo», escapando del encasillamiento literario.

El hambre de libros acompaña a Umbral desde niño. Y aquel chaval que ganó alguna dioptría con las novelas con las que Marcial Lafuente Estefanía conquistó una legión de lectores en los quioscos se vio recompensado cuando en una feria el autor de novelas del Oeste le pidió que le firmara su libro. Escritor de biografías y de novelas, su aspiración al Parnaso es el más constante aliento de quien se ganó la vida y la celebridad con sus crónicas periodísticas. Con él habla el rey Juan Carlos, Sara Montiel o Berlanga, y, por supuesto, en la España de la Transición, se le disputan la izquierda y la derecha.

Dandy quinqui

Montatore dibujo un Umbral cada vez más pop, un dandy quinqui vestido de Pierre Cardin. Los lobbies políticos tiene forma de sinuosos diablos que le rondan. Hay pasajes más visuales, mudos, y otros en los que el texto tiene gran peso, en bocadillos llenos de ingenio. «Le llevo a mi terreno estético también, con referencias a los videojuegos».

Pese a la heterodoxia narrativa, «hay temas ineludibles en su vida: la infancia, la memoria, el erotismo o Madrid». La muerte de su hijo tiñe las páginas de negro y el autor de 'Mortal y rosa' sobrevive en la escritura con el lenitivo de la compañía silenciosa de su esposa. Precisamente María España y la Fundación Umbral han ayudado a Montatore con la documentación. «Me han dicho que el libro le ha gustado mucho, la mejor noticia».