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Berta Cano, Antonio Soler, Diego Garrido y Eduardo Lago. Carlos espeso
El 'Ulises', ese controvertido clásico centenario
Feria del Libro de Valladolid

El 'Ulises', ese controvertido clásico centenario

Diego Garrido, Antonio Soler y Eduardo Lago coinciden en calificarlo de «bomba en el cerebro» y se lo recomiendan a los lectores jóvenes

Victoria M. Niño

Valladolid

Lunes, 6 de junio 2022, 21:39

Convocados por el 'Ulises' en la Feria del Libro acudieron dos miembros de la Orden de Finnegans, Antonio Soler y Eduardo Lago, y el más joven traductor de Joyce, Diego Garrido. El clásico que todos en Dublín conocen y manejan pero casi nadie ha leído, según el taxista que se topó con los dos primeros, celebra su centenario y a diez días del Bloomsday, hubo un adelanto en Valladolid. «Noqueo», «obsesión», «bomba en el cerebro», así describieron su primera experiencia con la novela que cambió la forma de entender el género en el siglo XX.

Eduardo Lago (Madrid, 1954), traductor de Foster Wallace, Sylvia Plath, Henry James o Junot Diaz, entre otros, dedicó un estudio comparativo a las traducciones de esta novela titulado 'Elíncubo de lo imposible'. Tomaba el título de la idea de Ortega y Gasset que considera vigente: «No es una objeción contra el posible esplendor de la tarea traductora declara su imposibilidad». Lago buceó en la traducción de José Salas Subirats, la de José María Valverde y la de Francisco García Tortosa. El artículo le valió el Premio de la Crítica Literaria Bartolomé March y Joyce reclamó una visita anual en el calendario del madrileño. «Lo leí la primera vez en España. Luego me fui a vivir a Nueva York, donde llevo 35 años, y lo leí en inglés. En el año 2000 Guelbenzu me prestó una traducción nueva que los herederos secuestraron. Entonces hice el estudio. Escribo pero no publico mucho y en el 2006 mi agente envió mi novela 'Llámame Brooklyn' al Nadal y ganó. Entonces le propuse fundar una orden e ir todos los años a Dublín». Invitaron a Antonio Soler, amigo del editor Malcolm Otero, también a Vila-Matas y a Jordi Soler.

Fisuras y totalidad

Antonio (Málaga, 1956) recuerda las visitas a Dublín cada 16 de junio; «Es un día muy festivo, la gente se disfraza y hay lecturas públicas del 'Ulises', pero no como la del 'Quijote' en España que es seguida, allí cada uno elige un pasaje y cada uno en el idioma que quiera», relató el autor de 'Sacramento' (Galaxia Gutenberg). Por su parte Lago la considera una obra «muy viva, sigue despertando sensación de novedad cien años después. El libro no envejece, envejecemos los lectores».

No es el caso de Diego Garrido (1998) que se ha zambullido en la prosa de Joyce con pocos más años que el protagonista de 'El retrato del artista adolescente'. «Me topé con ese libro en el último curso de estudios de cine, cuando me estaba desencantando la parte industrial. Eso me llevó hacia la literatura y hacia la traducción. Se recomienda a los jóvenes leer 'El guardián entre el centeno' pero creo que 'El retrato...', sea Joyce irónico o no, es especial para los espíritus artísticos tempranos, te da la sensación de que puedes con todo». Leyó una traducción de Joyce a cargo de Cabrera Infante y no le acabó de gustar, «había algunos errores, y sobre todo la música», así que propuso a una editorial traducir las prosas breves y algunas inéditas y de ahí al tomo que ha publicado con Páginas de Espuma.

Le tiene cogida la medida a James Joyce y a pesar de su rendida admiración por los cuentos, al 'Ulises' le encuentra fisuras. «Leo a Proust y me da la sensación de totalidad, no cabe ninguna pega. Pero de las 18 expresiones de Joyce en el 'Ulises' solo le compro algunas. El capítulo del 'Catecismo' por ejemplo, no. Pero luego cambio de opinión. Creo que dejó algunas de sus manías escritas», dice Garrido.

Eduardo Lago contestó la afirmación de Garrido. «No hay libro que no tenga fallos, deficiencias. En mi experiencia nunca termino de leer 'En busca del tiempo perdido', cuando llego al tomo siete después vuelvo al uno. Lo leo cíclicamente desde los 17 años. Se adentra en el alma, hace un viaje al corazón humano como nunca se había hecho. Sin embargo, Joyce se adentra en el alma del idioma para desarticularlo».

Arrastrado como los poetas

Recordó que el irlandés decía que dentro de cada escritor hay una sola novela que sale en varia entregas. «Así es en su caso, en 'El retrato...' ya hay personajes del 'Ulises', ya apunta una experimentación formal que llegará a su totalidad en 'Finnegans Wake'. A Joyce le pasa como a los poetas, algo le arrastra. Renuncia a la belleza estética, busca crear un lenguaje distinto en el que reproduce emociones y pensamientos, en un monólogo interior que reproduce todo lo que le pasa por la cabeza, que está mezclado y lo lleva a la página. Se inventa un monólogo interior como no ha hecho nadie y lo convierte en investigación literaria».

Eduardo Lago destacó que el 'Ulises' produce rechazo, «hay escritores como Javier Marías que dicen que está sobrevalorado, como Nabokov dedicó varios artículos contra el 'Quijote'. Cero que la magia de Joyce está en captar el alma del pueblo», afirmó el autor de 'Todos somos Leopold Bloom' (Galaxia Gutenberg). Aunque reconocen que como en todo libro, hay pasajes arduos, más difíciles, necesarios para llegar a los gozosos.

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