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Muchas personas conocen la historia del 'tren burra' entre Valladolid y Rioseco gracias a la labor del escritor e investigador vallisoletano Godofredo Garabito. Pero no ... había un solo 'trenito' en Castilla y León, sino cuatro, tal y como revela el ensayo 'Secundarios de Castilla', de Ignacio Martín y Wifredo Román, que se presentó el sábado en la Feria del Libro. Y a todos ellos los vecinos de la zona les denominaban con el mismo apodo, que hacía referencia a la lentitud con que afrontaban las subidas más pronunciadas. «Muchos vecinos recuerdan que les daba tiempo a bajarse del tren en marcha, coger unas moras y volver a subir».
Los 'trenes burra' surgieron en 1884 ligados a la expansión del ferrocarril y promovidos por un viejo propósito de la sociedad castellana y leonesa: buscar el modo más ágil de lograr que el cereal castellano llegara a los puertos de mar, para facilitar su distribución. Con esa intención se construyó el Canal de Castilla, y, mucho después, las líneas secundarias, que empalmaban con otras principales que sí llegaban hasta el ansiado mar.
Estas líneas, que sobrevivieron casi un siglo (entre 1884 y 1969) propiciaron una pujante vida en los pueblos que recorrían, una treintena en total de Valladolid, Palencia, León y Zamora, en torno a las comarcas de Tierra de Campos, Torozos y Vega del Esla. Y también generaron un notable patrimonio de estaciones, depósitos de agua, garitas de guardagujas, cocheras, talleres de puesta a punto, almacenes y puentes. Parte de todo eso ha desaparecido, otra parte ha sido recuperada y tiene ahora un nuevo uso, sobre todo en León, pero otra espera su oportunidad.
«Queremos que nuestro libro ayude a conocer este patrimonio y anime a las administraciones a recuperarlo y revitalizarlo, en la medida de lo posible», explica Ignacio Martín. Y propone, incluso, extender el paseo verde de la línea vallisoletana, que únicamente cuenta con un tramo de cinco kilómetros, sobre un total de 44 que componían la línea original. «Es un debate que tiene mucho que ver con el de la España vaciada. Y también con la memoria».
El libro 'Secundarios de Castilla' ha sido objeto de una primorosa edición por parte de Aruz Ediciones con abundante material gráfico -también fotos históricas que seguramente se vean por primera vez- así como otros muchos recursos. Y es que estos trenes singularísimos seguían circulando a vapor cuando ya todas las locomotoras de este tipo habían sido sustituidas en Europa, y también en España en las líneas principales. «Hubo una época en que venían aquí fotógrafos de todas partes atraídos por esta peculiaridad», recuerda Wifredo Román. «Incluso se rodó una película del Oeste, 'Bandidos', en el año 1967, que aprovechaba la línea y las locomotoras de vapor originales», explica.
Ignacio Martín recuerda que el libro empezó siendo un estudio histórico sobre estos ferrocarriles secundarios, pero que fue adquiriendo nuevas dimensiones después de tres años de investigación. En la actualidad, la parte del león es una detallada guía de cada uno de los cuatro trenes: El Económico, que iba de Valladolid a Rioseco; el Tren de las Mieses, entre Palencia y Villalón de Campos; La Estrechina, entre Medina de Rioseco y Villada; y El Charango, entre Rioseco y Palanquinos (León). De cada pueblo se indica el patrimonio ferroviario que se conserva. A todo ello se suma, además, un retrato humano y social de la vida en esos pueblos durante la era del tren burra, apoyado en ochenta testimonios, y, finalmente, información sobre las Rutas Verdes existentes.
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