La Casa de Cervantes se llenó esta mañana, como cada año por estas fechas, de autoridades y académicos para dar el pistoletazo de salida a los actor del Día del Libro. Convertida en 'semana cervantina', la celebración de la lectura comienza en el hogar que ... habitó el autor del Quijote en Valladolid cuando, a comienzos del XVII, acogió a la Corte. Este año, entre los presentes, el Premio Cervantes de 2017, Sergio Ramírez, quien leyó un párrafo en el que el antihéroe cervantino le explica a su amigo Sancho que la libertad es «uno de los más preciados dones», que por ella y «por la honra se pueden y deben aventurar las vidas», siendo el cautiverio el castigo más cruel.
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El escritor nicaragüense, exiliado en España tras ser despojado hasta de su nacionalidad por el Gobierno de Daniel Ortega, sabe de lo habla y lee así a ese libro que, como las sinfonías de Mahler, contiene el mundo. A ello se refirió el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, que siente la ciudad cervantina. Citó a Aute y su canción 'Todo está en los libros', aunque fue Jesús Munárriz quien escribió la letra, para llevarla más allá diciendo que «todo está en 'El Quijote'». Citó también a Delibes, quien en su discurso de aceptación del Premio Cervantes, también aseveró que «toda la vida está escrita en el 'El Quijote' a través de tiempo». Entre los presentes, su hijo Germán Delibes. Tuvo Carnero un recuero para otros escritores vallisoletanos como Zorrilla, Guillén, Umbral o Chacel.
Pedro González, director de la Casa de Cervantes y anfitrión del acto, recordó la trayectoria literaria del lugar que acogió en su día al Ateneo Literario y a la Biblioteca Popular y Cervantina para ser hoy un museo que trabaja en su ampliación. «Deseo que todos los museos de la ciudad encuentren formas de colaboración para el mejor desarrollo de Valladolid, ya que el visitante de un museo es el potencial visitante de otro», afirmó González.
Jacinto Canales, subdelegado del Gobierno en Valladolid, aportó los datos de lectura del último barómetro, un 68% de españoles afirma haber leído en el último año y, tras recordar las subvenciones e inversiones del Gobierno central en el fomento de la lectura en Valladolid, recordó el lema de la campaña de este año 'Lectura infinita', a través de nuevos y cercanos canales para los jóvenes.
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El acto concluyó con un vino en el patio interior de la casa, en una cita cervantina ajena a la sorna, finura y profundidad de la prosa del manco de Lepanto.
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